El 62% de los internautas dicen recibir semanalmente informaciones falsas o engañosas

  • Las generaciones más adultas todavía tienen problemas para crear procesos de verificación
  • El 39% de los encuestados admiten haber compartido sin intención información falsa
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La confianza que los usuarios depositan en la información que les llega es un factor que tienen cada vez más en cuenta, pero al que se enfrentan de diferentes maneras. No todas las franjas de edad tienen la misma capacidad para discernir entre los datos corroborados y aquellos envueltos en intereses. No obstante, es una preocupación real e intergeneracional, tal y como viene a corroborar el “Estudio global sobre la alfabetización informacional”, elaborado por Google, YouGov, MediaWise y Poynter.

“Cada vez es más difícil separar los hechos reales de la ficción, especialmente en Internet”

“La desinformación no es un problema nuevo, pero cada vez es más difícil separar los hechos reales de la ficción, especialmente en Internet”, asegura Alex Mahadevan, director de MediaWise en el Instituto Poynter, quien también explica que la investigación tiene su motivación principal en saber cómo las personas de diferentes tramos de edad confían y verifican la información que les llega por Internet. “La alfabetización informacional es una habilidad fundamental para navegar en entornos digitales y tomar decisiones”, relatan los promotores de un estudio para el que se tuvieron en cuenta 8.585 personas de Estados Unidos, Brasil, Reino Unido, Alemania, Nigeria, India y Japón.

El dato más preocupante y que resalta el informe en toda su dimensión es que el 62% de los encuestados consideran que ven información falsa o engañosa al menos una vez a la semana, “una cifra asombrosa”, según Mahadevan. “Y la gente es consciente de su gravedad, porque aproximadamente el 50% de todos los encuestados de la Generación X, Millennials o Z -tramos que abarcarían de los 18 a los 57 años- aseguraron sentirse preocupados por la exposición que tienen sus familias a la información falsa”, asegura el director de MediaWise en el Instituto Poynter. 

Si se analizan más pormenorizadamente los datos del estudio, se comprueba cómo en todos los tramos de edad, más de un 30% de los participantes en el informe dicen recibir información falsa de modo diario, lo que supone un fiel reflejo de un panorama mediático colonizado por el clickbait y las fake news. Mientras que por territorios son los estadounidenses los que dicen estar sometidos a un mayor número de impactos sin verificar frente al 20% de los japoneses o alemanes.

Lógicamente, existen diferencias sobre la alfabetización informacional según la generación. Así, la Generación Z tiene dos veces más probabilidades que la llamada Generación Silenciosa (personas de 68 años o más) de usar un motor de búsqueda para verificar información, así como son dos veces más propensos a revisar algo que han visto online a través de comentarios en redes sociales. 

Asimismo, la Generación Z, por sus rasgos de comportamiento, es más probable que utilice técnicas de búsqueda avanzada o que ejecute la lectura lateral, algo que viene provocado por la apertura de varias pestañas a la vez y búsquedas simultáneas. “También aprendimos que, para decidir si algo de lo que escucharon o leyeron es cierto, los encuestados de todas las generaciones valoran las fuentes y los hechos. Estos últimos importan más que nada y son su principal herramienta de verificación”, explica Alex Mahadevan.

Claro que a veces la verificación no es efectiva o llega tarde. De ahí que el 39% de los encuestados admitan haber compartido sin intención información falsa o errónea, un porcentaje mayor en la Generación Z (41%) y los Millennials (40%) y en los países en vías de desarrollo como Nigeria (48%). Además, el 55% de los encuestados dicen que han compartido información falsa o engañosa porque pensaban que era verdad y hasta un tercio la difundieron de modo masivo. Aunque aquí cabe decir que la Generación Z y los Millennials son más propensos que los Boomers y la Generación Silenciosa a decir que compartieron por error información de baja precisión y es menos probable que digan que la compartieron porque pensaron que era verdad.

“La conclusión que nos deja la investigación es que la Gen Z, Millennials y Gen X se sienten un poco más seguros a la hora de identificar información falsa o engañosa que los Boomers o Generación Silenciosa. Asimismo, los primeros se creen más capacitados en poder identificar imágenes, vídeos o publicaciones falsas”, explica el director de MediaWise en el Instituto Poynter. E igualmente, por esa actitud, están menos predispuestos a corregir o recriminar a los actores que han difundido falsas informaciones. Así, mientras que la Generación Z recriminaría estas prácticas en un 40% de los casos si la persona es conocida y un 23% en caso de no serlo, los Boomers solo lo harían en el 22% de los casos si son parte de su círculo y un 14% en caso de que no lo sean.

A modo de conclusiones, los autores del estudio subrayan lo importante que es “poder confiar en la información que se encuentra online y en la necesidad de tomarse tiempo para consultar múltiples fuentes que verifiquen lo que vemos”. Asimismo, insisten en que es clave la educación para que exista una conciencia global e intergeneracional al respecto. 
Para ello, MediaWise trabaja con Google News Initiative con cursos gratuitos de microaprendizaje que cualquier persona puede consultar. Herramientas a través de las que se barema su capacidad para recibir mensajes verídicos a través de diferentes fuentes. En definitiva, un escudo de protección frente a un arma dañina que puede cambiar el pensamiento e influir negativamente en el desarrollo de las sociedades.

Más info.: A global study on information literacy

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