Miami y Austin dan la bienvenida a los negocios de Silicon Valley

  • El teletrabajo, las restricciones del coronavirus y los impuestos están llevando a las tecnológicas a dejar Bay Area
  • Texas y Florida acaparan el interés del ecosistema empresarial por sus ventajas fiscales y su potencial de desarrollo
Miami y Austin dan la bienvenida a los negocios de Silicon Valley

Sol, mar y parques naturales. A pesar de la idílica imagen, parece que California ha dejado de enamorar a las grandes compañías tecnológicas. El pasado mes de diciembre Oracle comunicó que trasladaba su oficina central a Austin (Texas), al igual que Elon Musk y Tesla también trabajarán a partir de ahora desde el estado sureño. Por su parte, el fabricante de cigarrillos electrónicos Juul se mudará a Washington DC, la firma de ciberseguridad Tanium se ha decantado por Seattle y Palantir Technologies dará el salto a Denver (Colorado).

Y es que parece que Silicon Valley está perdiendo su brillo para las tecnológicas. El coronavirus ha impulsado el modelo del teletrabajo y cada vez más equipos trabajan de forma deslocalizada sirviéndose de herramientas digitales. Debido a las circunstancias derivadas de la pandemia, muchas compañías han flexibilizado sus políticas y permiten que la mayoría de empleados elijan la ubicación de su oficina o, si por el contrario, prefieren continuar trabajando desde casa a tiempo parcial o completo.

El teletrabajo ha obligado a las compañías a repensar sus infraestructuras

A este nuevo modelo laboral hay que sumar el problema de las oficinas vacías. La tasa de espacio empresarial vacante en San Francisco casi se ha duplicado este año hasta el 8,3%, lo que ha provocado que los alquileres solicitados caigan casi un 9%, según la firma inmobiliaria CBRE.

Son muchas las organizaciones que han repensado sus infraestructuras a raíz del impacto del coronavirus. Pinterest desembolsó casi 90 millones de dólares para rescindir el contrato de arrendamiento de una nueva torre en el centro de la ciudad alegando reconsideraciones respecto a la ubicación de sus futuros empleados en la era postcovid. Por su parte, la startup de viviendas Opendoor también pagó 5,2 millones de dólares para finalizar su acuerdo de alquiler en el centro de la ciudad antes de tiempo.

Como no podía ser de otra forma, estos movimientos se han visto reflejados en el mercado inmobiliario con la caída del precio de los alquileres de apartamentos. La renta media para estudios se redujo un 35% a finales de 2020 respecto al año anterior, hasta los 2.100 dólares de promedio. En cambio, el alquiler de pisos con un solo dormitorio ha bajado un 37%, hasta los 2.700 dólares, según los datos de realtor.com.

El tema de la fiscalidad

No obstante, este éxodo tecnológico encuentra sus raíces en otros factores, entre ellos, los elevados impuestos a los que tienen que hacer frente las compañías en Bay Area. Según los datos de la propia Cámara de Comercio de Austin, a lo largo del año pasado, más de 120 compañías anunciaron la reubicación de sus operaciones hacia el estado de Texas, que ya recibe el apodo de "Silicon Hills”.

La búsqueda de unas condiciones fiscales más favorables es una de las principales razones de este auge de mudanzas corporativas. Texas es uno de los pocos estados del país que carece de un gravamen sobre la renta de las personas físicas, lo que fomenta, entre otros aspectos, la transferencia de empleados. El impuesto de sociedades combinado (estatal y federal) en estados como Texas, Nevada, Ohio, Dakota del Sur, Washington o Wyoming, es del 21%, mientras que en Nueva York o California asciende hasta el 26,1% y el 28% respectivamente.

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A todo ello, se le suman también las restricciones de movilidad y seguridad implantadas por el gobierno de California para prevenir los contagios. El Gobernador del Estado ha encontrado en Elon Musk a uno de sus principales detractores, que ya en el mes de mayo criticaba la gestión de la pandemia. El multimillonario empresario mostró sus desavenencias con el ejecutivo local a raíz de que las autoridades californianas a no dejaran a Tesla reabrir sus instalaciones durante la cuarenta. "Francamente, es la gota que colma el vaso”, comentó Musk en Twitter entonces. "Tesla trasladará ahora sus oficinas centrales y sus programas futuros a Texas/Nevada inmediatamente. Conservar la actividad manufacturera de Freemont (California) dependerá de cómo Tesla sea tratada en el futuro”, comentó en la red social en plena primera ola de la pandemia.

La decisión del emprendedor ha sido recibida con entusiasmo por el gobernador de Texas. "Mientras algunos estados ahuyentan a sus empresas con altos impuestos y mano dura en la regulación, nosotros las atraemos con clima más amistoso”, comentaba Greg Abbot en relación a la sucesión de anuncios de reubicación de las compañías tecnológicas. Así celebraba en Twitter la decisión de Oracle.

Texas y Florida como nuevas mecas tecnológicas

En el caso de Austin, la capital tejana, Oracle cuenta desde hace tiempo con un centro tecnológico en la ciudad y Apple prevé invertir 1.000 millones de dólares en un complejo similar que podría llegar a acoger hasta 15.000 empleados. Además, firmas como Amazon, IBM, Samsung o Dell ya forman parte de su ecosistema económico, lo que la convierte en un imán para atraer talento.

Sin embargo, Texas no es el único estado que se ha convertido en un imán para las empresas desencantadas con Silicon Valley. Las soleadas costas y el favorable clima de Florida se encuentran ahora en el punto de mira de muchas compañías tecnológicas y fondos de inversión, que ven en las ventajas fiscales de ciudades como Miami nuevas oportunidades para hacer crecer sus negocios. En esta región, el impuesto de sociedades combinado se sitúa en el 24,6% y tampoco existe un impuesto estatal sobre la renta.

La comunidad empresarial mira desde hace unas semanas hacia Miami gracias a la intervención de su alcalde en redes sociales. A comienzos del mes de diciembre, Delian Asparouhov, inversor tecnológico y Co-Founder de Varda Space Indutries sugería en Twitter trasladar Silicon Valley a Miami, a lo que el alcalde de la ciudad, Francis Suarez, respondió: “¿Cómo puedo ayudar?”. Solo ese tuit obtuvo 2,3 millones de impresiones, lo que, según comentaba el propio Suarez a The Pull Request, es señal del cambio que se está produciendo y del interés de los negocios por Florida.

Tal y como apunta el político, la publicación en la plataforma significa el punto de inflexión para intentar construir una ciudad que sea un importador neto de talento, no un exportador. Compañías financieras como Blackstone, Goldman Sachs, JP Morgan Chase, Ken Griffin’s Citadel ya han mostrado su interés por establecerse allí. Por su parte, Amazon incluyó Miami entre las 20 ciudades en las que podría establecer su segunda sede.

No obstante, el traslado masivo del talento y el capital desde Silicon Valley a Miami o Austin parece que se hará esperar. A pesar del potencial de crecimiento y desarrollo de ambas ciudades, se encuentran una generación tecnológica por detrás de San Francisco o Nueva York, pues su diversidad económica y educativa debe verse aún impulsada para conseguir atraer la misma abundancia de fondos inversores.

Sin embargo, estos movimientos se pueden entender como el desequilibrio del modelo empresarial y laboral que convirtió a la bahía de San Francisco en el gran polo de innovación del planeta. Más allá de la reubicación de las compañías tecnológicas, la fuga de talento, las nuevas regulaciones y las desavenencias políticas suponen la reconfiguración de un modelo económico no solo a nivel local, sino también internacional.

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