“Marbella”, “Celeste”, “La Mesías” o “Soy Nevenka” son algunas de las series y películas del catálogo de contenidos originales de Movistar Plus+ que han tomado hechos reales como referencia para sus guiones. Son ejemplos de la forma en que la realidad está influyendo cada vez más en el entretenimiento que consumimos. Por su parte, también la ficción está moldeando el mundo en que vivimos.
Sobre las líneas cada vez más difuminadas entre la realidad y la ficción conversaron Cristina Merino, Ejecutiva de contenido para series originales de Movistar Plus+, e Íñigo de Luis, Director de Estrategia en Arena Media, en una conversación que llevó por título “El mundo como espectáculo". Ésta formó parte del evento In Real Life (IRL), el proyecto con el que la agencia Arena Media está explorando cómo los medios y la industria publicitaria configuran la realidad y la forma en la que las personas entienden el mundo. Junto al laboratorio de investigación cultural Célula Lab, la agencia ha llevado a cabo una minuciosa indagación para tratar diferentes áreas.
En este encuentro se abordaron las tres primera áreas y se estructuraron en tres bloques de contenidos: la era de la imagen y la vida light en la que vivimos inmersos; el mundo como espectáculo, sobre la relación cada vez más estrecha entre la realidad y la ficción; y la realidad como simulacro, sobre la evolución y el éxito de los reality shows. A continuación, recogemos lo planteado en el segundo bloque, y a lo largo de las próximas semanas se publicará la cobertura del tercero.
Si quieres ver la conversación completa, la tienes en el siguiente vídeo; y a continuación encontrarás nuestra cobertura editorial con lo más reseñable de esta charla, con algunos extractos de los momentos álgidos junto a declaraciones relevantes.
Las razones tras el auge de la realidad
La realidad y la ficción siempre han estado interconectadas, un aspecto que se ha reflejado en diferentes expresiones artísticas. Sin embargo, se observa con especial fuerza en el terreno del entretenimiento desde hace algunos años. Las razones son diversas y atienden, especialmente, a motivos económicos, pero también a las preferencias de los consumidores.
Una de las causas de que los grandes estudios y las plataformas de contenidos produzcan y acojan cada vez más formatos vinculados con la realidad es la evolución experimentada por el propio mercado audiovisual. Ante la proliferación de servicios de vídeo bajo demanda, los diferentes operadores se han visto obligados a incrementar la producción con la intención de captar la atención y las suscripciones de los espectadores. Así, se ha pasado de producir apenas un puñado de series al año, a producir decenas.
Es por ello que la realidad se ha convertido en una fuente de inspiración para generar el volumen de contenidos que ahora mismo ofrece la industria. Esto se observa tanto para la producción de ficción como de documentales, un formato que ha ganado especial relevancia e interés en los últimos años.
Obtener resultados y rentabilizar las inversiones lleva a la industria a asumir riesgos mínimos
A este factor se suma también el presupuestario. Y es que la presión de los estudios y las productoras por obtener resultados y rentabilizar las inversiones lleva a asumir riesgos mínimos. Estos riesgos se reducen si la audiencia ya está familiarizada con la historia que se va a contar y conecta con ella. Es más, muchos espectadores tienden a refugiarse en historias ya conocidas, buscando seguridad y confort ante un contexto de incertidumbre que provoca desasosiego. De ahí, por ejemplo, que haya eclosionado la producción de reboots o precuelas y secuelas de series y películas.
Asimismo, estos contenidos inspirados o articulados por la realidad cuentan con la ventaja de no necesitar una campaña de promoción tan exhaustiva. “Si hablas sobre un hecho real que ha tenido cierto impacto en la opinión pública, como pudiera ser el 23-F, la campaña de marketing ya está casi hecha”, comentó Cristina Merino. “Ya conocemos el hecho, tenemos una idea y una opinión establecidas. Y eso es mucho camino ganado en un momento donde hay tanta saturación de mensajes”.
El cada vez mayor acercamiento del entretenimiento a la realidad plantea también dilemas morales a los encargados de producir los contenidos y genera numerosas conversaciones sobre los límites de la ética. Concretamente, el género true crime, que ha ganado una enorme popularidad en la última década, es uno de los que más debates suscitan. “Es un género que apenas trabajamos, pero nos guiamos por el principio de no hacer crecer el dolor de una víctima con la historia que vamos a contar”, explicó Merino.
En esta línea, también señala que los límites cada vez más difusos entre ficción y realidad han contribuido a rebajar los umbrales de la empatía o del dolor, haciendo que en la vida se normalicen ciertas cuestiones. “Del mismo modo que la no ficción se está contagiando de la ficción, también pasa al revés”, señaló durante la sesión. “Estamos viendo ya muchos métodos de la ficción en las dinámicas de la política, las empresas o el periodismo. Cómo se cogen roles, cómo se exponen problemas complejos con dicotomías demasiado simples…”.
Diferenciación y relevancia
La elección de esos temas o la forma de tratarlos es una de las cuestiones que pueden articular el posicionamiento de un servicio bajo demanda en el mercado. La saturación y la elevada competencia en el mundo de las plataformas empuja a los distintos players a configurar propuestas de valor diferenciales para hacerse oír entre el ruido y conseguir relevancia. En el caso de Movistar Plus+, tal y como apuntó Merino, apuestan por “hacer series españolas y no series en España”, aludiendo a una producción basada en valor cultural, identidad y representación de la realidad.
“Intentamos promover que nuestra diferencia venga por apoyar los puntos de vista de los creadores”, añadió, señalando que la producción de historias en torno a ciertos temas no viene dada tanto por una cuestión de responsabilidad corporativa, sino de filosofía de apoyo al talento nacional. “Hacemos historias originales y arropamos al creador, le damos los medios para que su visión gane relevancia y se convierta en artefacto para llegar a todo tipo de públicos, en lugar de hacer un tipo de entretenimiento más basado en fórmula”.
La experiencia de usuario de la plataforma también puede influenciar la preferencia de los espectadores por un servicio u otro. Cristina Merino apuntó que se tiende a priorizar el contenido, pero cuestiones como los sistemas de recomendación, los perfilados mediante algoritmos, el diseño de las interfaces o el correcto funcionamiento de las aplicaciones también son decisivos en la consideración y el consumo. “Si no tienes una plataforma que funcione bien, dejas fuera a mucha gente”, expuso.
¿Plataformas diferentes, mundos diferentes?
Durante la sesión, Íñigo de Luis y Cristina Merino también conversaron acerca de si el hecho de contar con suscripciones a determinadas plataformas está contribuyendo a configurar nuestra realidad. Es decir, si por ejemplo, ver más los contenidos de Netflix, que presentan un carácter más global, está alejando a los ciudadanos de identidades locales, o si está generando brechas sociales.
“Por un lado, creo que las percepciones se van desnaturalizando y eso me parece una deriva un poco peligrosa, pero al mismo tiempo no lo pienso, porque veo cómo el público elige historias propias”, afirmó Merino. “En nuestro caso, el cine español es el que mejores datos nos aporta en términos de consumo. Creo que si puede elegir, el espectador elige contenidos españoles”.
A este respecto, la estrategia de Movistar Plus+ parece que seguirá la senda de apostar por el contenido y las historias con carácter local, aunque Cristina Merino vaticinó que el intercambio entre realidad y ficción será todavía una tendencia en la industria del entretenimiento.
Argumentó su respuesta aludiendo de nuevo a la presión presupuestaria, al estancamiento de las suscripciones o a la desaceleración del crecimiento de los grandes players. “Creo que aún nos quedan unos años de ajuste en los que vamos a seguir viviendo cosas que ya hemos visto anteriormente, aunque quizá influenciadas por la contemporaneidad”, concretó Merino.
Y quizá en esa encrucijada esté la clave para conectar.
Al final del encuentro, desde Reason.Why conversamos con Cristina Merino e Íñigo de Luis sobre algunos de los temas tratados. Aquí puedes conocer sus visiones sobre la situación actual del panorama de medios o el valor de las historias propias.
Si prefieres escuchar el audio de este encuentro, aquí te lo dejamos en formato podcast: