Jaime Rodríguez (BlaBlaCar) responde a las acusaciones legales

  • Argumenta que “BlaBlaCar es un modelo típico de comercio electrónico, no de transporte”
  • Sostiene que el impacto de BlaBlaCar en el sector del autobús en España, “de existir, sería extremadamente limitado”
  • Los tres principales problemas de un posible cierre: economía, medio ambiente y falta de conexiones
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Son tiempos de economía colaborativa; son tiempos de conflicto. El pasado jueves, 1 de octubre, se conocía que el juzgado de lo mercantil número 2 de Madrid decidirá en los próximos días si acuerda el cierre cautelar de la página web de BlaBlaCar, la red social que permite compartir gastos de trayectos en coche entre ciudades.

La demanda parte de Confebus (Confederación Española de Transporte en Autobús), que acusa a BlaBlaCar de competencia desleal y ha exigido en el jucio la suspensión de su servicio online por funcionar como una empresa de transporte encubierta. En Reason Why hemos hablado con la otra parte implicada en el proceso: Jaime Rodríguez, country manager para España de BlaBlaCar, responde a todas las acusaciones legales vertidas por la Confederación Española de Transporte en Autobús.

El centro de la defensa se encuentra en la naturaleza híbrida del modelo de empresa de BlaBlaCar dentro de los agentes del sector travel, que proclama que su actividad no estaría reglamentada por la Ley de Ordenación del Transporte, sino por la Ley de Servicios de la Sociedad de la Información (LSSI), al tratarse de una red social y no de una empresa de transporte.

“El cierre es un escenario que nos cuesta mucho imaginar”

Jaime Rodríguez cuenta a nuestro medio que para el veredicto “no hay una fecha definida”; simplemente entiende que el proceso “será cuestión de semanas” y que ni siquiera en la compañía conocen cuándo podría producirse la respuesta. 

Entre los posibles desenlaces, el directivo descarta el cierre de la plataforma: “es un escenario que nos cuesta mucho imaginar, ya que en ninguno de los 19 países en los que operamos hemos encontrado una situación similar, aunque obviamente nos preocupa por el impacto que tendría en los 2,5 millones de españoles que utilizan BlaBlaCar”, afirma.

Espera un “resultado positivo” ante los argumentos que la compañía ha “trasladado al juez” y con los que responde a su rival legal:

1-Se acusa a los usuarios de BlaBlaCar de estar prestando un servicio de transporte profesional sin licencia, cuando nuestros usuarios lo que hacen es compartir gastos.

“El ánimo de lucro está prohibido en la comunidad y, de hecho, contamos con herramientas y mecanismos para evitar que exista, llegando a expulsar a los poquísimos usuarios que, equivocadamente, intentan obtener un beneficio económico. De hecho, en la vista del pasado jueves, expertos independientes certificaron cómo los usuarios de BlaBlaCar ni siquiera llegan a cubrir todos los costes que suponen viajar en coche privado”.

2-En segundo lugar, se acusa a BlaBlaCar de estar intermediando en un servicio de transporte profesional sin licencia, cuando ni tan siquiera existe ese servicio porque lo que hacen los usuarios es un uso privado (no profesional) de sus vehículos.

“Pero es que además, lo que hace BlaBlaCar no tiene nada que ver con la intermediación en el transporte, ya que no determina ninguna de las condiciones del viaje. BlaBlaCar es una red social que da herramientas a los usuarios para que puedan compartir coche con confianza: desde los perfiles con opiniones verificadas hasta el sistema de pago online, pero en ningún caso determina quién debe viajar con quién, ni las condiciones en las que deben hacerlo. Eso sucede en un marco estrictamente privado”. 

3- Por último, se achaca a BlaBlaCar ser responsable del descenso del 20% de la actividad del sector del autobús, cuando...

  • Este descenso lleva produciéndose desde años antes a la llegada de BlaBlaCar en España
  • Los propios responsables de Confebus lo han achacado en diversas entrevistas a otros factores (la crisis y la nueva política de precios de Renfe, principalmente)
  • Los propios informes encargados por Confebus a analistas financieros no mencionan el coche compartido como causa de dicho descenso. 
“El impacto de BlaBlaCar en España, de existir, sería extremadamente limitado”

“Pero además, como demostraron en la vista expertos economistas, el impacto de BlaBlaCar en el sector del autobús en España, de existir, sería extremadamente limitado. Primero, por el tamaño, que en todo caso alcanzaría el 0,3% del de dicho sector”. 

El directivo menciona que el sector de autobús desplaza a 1.170 millones de pasajeros anualmente en España, mientras que con BlaBlaCar en todo el mundo están viajando 10 millones de personas trimestralmente. 

Además, no hay prueba de que los usuarios de BlaBlaCar utilizarían el autobús en lugar del coche compartido, sostiene, dado que un “importante” porcentaje de los trayectos realizados por usuarios de BlaBlaCar no tiene conexión directa mediante autobús y la conexión indirecta equivalente no cubre las necesidades de los viajeros. 

Acusaciones sobre hacerse cargo de los seguros de los conductores

Otra de las acusaciones, además de las mencionadas por Jaime Rodríguez, por parte de Confebus es la de hacerse cargo de los seguros de los conductores a través de AXA. Aquí el directivo aclara que “en ningún caso se trata de un seguro de auromóvil” porque la actividad que realizan los usuarios ya está cubierta por el seguro a terceros obligatorio en España.

Con el acuerdo alcanzado con AXA, explica, se ofrece de forma gratuita una serie de coberturas adicionales para todos los viajes que se organicen con el sistema de pago online de BlaBlaCar” Estos servicios incluyen asistencia en carretera para conductor y pasajeros, asistencia legal y cobertura adicional de accidentes para el conductor y asistencia en la recuperación de objetos olvidados.

Acusaciones sobre comisiones por pasajero

“BlaBlaCar es un modelo típico de comercio electrónico, no de transporte”

Frente a las acusaciones de cobrar comisiones de cada pasajero, el directivo alega que BlaBlaCar tiene un modelo típico de comercio electrónico en el que, efectivamente, se cargan unos gastos de gestión de la plataforma cada vez que hay una solicitud de reserva de un usuario a otro”

Esto “refuerza el hecho de que BlaBlaCar no es una empresa de transporte. Este mecanismo es típico de las plataformas de comercio electrónico”.

Respecto a las críticas por, supuestamente, defender a usuarios que han sido investigados por los servicios de inspección del ministerio de Fomento, la empresa apunta que sólo daba datos sobre la actividad de la plataforma.

¿Cómo repercutiría el cierre de BlaBlaCar en la sociedad?

Jaime Rodríguez menciona las consecuencias de lo que considera un improbable cierre de BlaBlacar:

  • El impacto sería inmediato sobre los 2,5 millones de usuarios españoles que no podrían seguir compartiendo coche “como llevan haciéndolo en los últimos 5 años”, sobre todo por materia de economía y conexiones directas.
  • También habría repercusiones en el medio ambiente; achaca a la empresa el ahorro de 90.000 toneladas de CO2 en los últimos 12 meses.

Aún no está claro qué rumbo tomarán los negocios de transporte basados en la economía colaborativa en España. En países como Francia o Alemania, explica Jaime, su actividad está fomentada por políticas públicas de estímulo, que van desde la creación de puntos de encuentro en ciudades y carreteras para gente que quiera viajar en coche compartido, hasta una propuesta de ley para la rebaja de peajes a quienes compartan coche.

Quedamos a la espera de la  valoración del juzgado :S

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