El Toro de Osborne sopla 60 velas

  • El icono de las Bodegas Osborne cumple 60 años en las carreteras españolas
  • Se ha editado un libro recordatorio con los 88 toros dispersos por España
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El Toro de Osborne cumple 60 años como insignia de las bodegas, ejemplo de Publicidad Exterior en las carreteras españolas que perdura en el tiempo y parte de la Marca España (¿o deberíamos decir Marca en Español?)

La historia del Toro de Osborne

La primera serie de ejemplares del Toro de Osborne se instaló en 1958 siguiendo el prototipo emplazado en el pueblo madrileño de Cabanillas un año antes.

El primer Toro se instaló en un pueblo de Madrid

El Toro de la Carretera, como también se le conoce popularmente, nació en el kilómetro 55 de la N-I, en Cabanillas de la Sierra (Madrid). Estaba elaborado en madera y medía 4 metros de altura. En un año, la familia de toros se amplió hasta 15 ejemplares y en los años 60 ya sumaban medio millar de siluetas distribuidas por la red de carreteras españolas en un momento de plena efervescencia del turismo, algo que contribuyó a su identificación como seña de identidad del país.

¿Publicidad subliminal?

El diseño es del publicitario y diseñador andaluz Manolo Prieto. Con el tiempo, de la silueta del toro desapareció la publicidad de las bodegas Osborne y, sin rótulos, el toro  asumió la condición de icono.

El Gobierno multó a las bodegas por publicidad subliminal

Sin embargo, en 1994 el Gobierno le impuso una multa de 1 millón de pesetas a la marca bodeguera por interpretar que el Toro de Osborne, a pesar de no tener ningún rótulo, era publicidad subliminal. Finalmente el Tribunal Supremo zanjó el asunto con una sentencia en 1997 en la que afirmaba que la silueta había “superado su inicial sentido publicitario y se ha integrado en el paisaje", y considerar que debe prevalecer, como causa que justifica su conservación, "el interés estético o cultural que la colectividad ha atribuido a la esfinge del Toro". Y es que, de hecho, fue declarado Bien de Interés Cultural (BIC) por parte de la Junta de Andalucía.

Entre las peripecias a las que tuvo que enfrentarse, en los años 60 la normativa estatal de carreteras obligó a alejar la silueta del toro de la vía para no distraer a los conductores. Eso hizo que el toro ganase en tamaño. De los 5 metros de altura y la madera se pasó al metal, 14 metros de altura y 4.000 kilos de peso. Y, entre sus hazañas, en 1972, el Toro de Osborne se convirtió en portada de The New York Times Magazine para ilustrar un  reportaje sobre la España del tardofranquismo.

Un libro recordatorio

Con motivo del 60 aniversario, la Fundación Santa María la Real del Patrimonio Histórico ha elaborado un libro conmemorativo.

Cantabria y Ceuta no tienen toros en sus carreteras

En el prólogo, el Presidente de la Fundación Osborne, Tomás Osborne Gamero-Cívico, comenta que el Toro de Osborne "se ha convertido en punto de encuentro, lugar de unión y entendimiento entre comunidades", además de "un icono del diseño español reconocido internacionalmente”. El libro pretende servir de resumen histórico con fotografías de Pau Barroso. Incluye imágenes de los 88 ejemplares dispersos por toda la geografía española, salvo Cantabria y Ceuta. Los textos son del historiador Jaime Nuño, Director del Centro de Estudios del Románico de la Fundación Santa María la Real.

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