Hablamos con Josep Pedrerol sobre publicidad y la “bendita locura” de las cosas bien hechas

  • Protagonista de la nueva campaña de TaxDown, considera clave saber reírse de uno mismo
  • Josep Pedrerol es amante de las cosas bien hechas y le gusta relacionarse con la gente “que innova”

Su entorno natural es el televisivo. 
Periodista deportivo español que, dentro del grupo Atresmedia, presenta el informativo deportivo “Jugones” en laSexta y la tertulia deportiva “El chiringuito de Jugones” en Mega.
Josep Pedrerol es licenciado en Ciencias de la Comunicación y comenzó su trayectoria periodística en emisoras locales de radio, arrancando su incursión en esta industria a los 19 años en Radio Barcelona. Con sus actuales 56 mantiene el espíritu vivo de aquel que disfruta relacionándose “con la gente que aporta, que innova”, y asegura alejarse de las personas acomodadas: “Me aburren”.

Un dinamismo que permea bien en su estilo y tono comunicativos con los que, según nos cuenta, busca “arrancarle una sonrisa a la gente por la noche cuando llegan a casa”. Loable objetivo que, sin embargo, se vio ligeramente truncado por un episodio tras el que Josep Pedrerol tuvo que pedir perdón a la audiencia. Fue en el año 2012. Por aquel entonces colaboraba con la cadena de televisión Intereconomía. 

RW. En su día hiciste un comentario ciertamente polémico, pero ahora pasas a reírte de alguna manera de aquello e incluso a que te contraten para llevarlo a una campaña de publicidad. Qué importante es saber reírse de uno mismo y de las situaciones, ¿no?

Es clave. En “El chiringuito” hemos aprendido además a manejarlo mucho. Nos tomamos la vida demasiado en serio y desde luego que hay que reírse. Aquella historia está felizmente olvidada, pero sobre todo lo que me preocupaba es que los chavales se tomaran mal aquello, que no iba contra los becarios, sino por una circunstancia en la casa [Intereconomía] que se produjo en aquel momento. Luego incluso yo me encontraba a chicos que me decían “Josep, soy becario”, así que transformamos lo de “Becarios no” en un “Becarios sí”, y con una sonrisa.

RW. ¿Tienes miedo de que haya malas interpretaciones y se reaviven algunas críticas?

Me daba un poco de apuro al principio cuando el equipo de marketing de “El chiringuito”, con PS21 y TaxDown, empezaron a darle forma. Yo solo quería que se entendiera bien. Pero está tan cuidado el spot y la campaña tan bien elegida, que me pareció buena idea. La expresión "Becarios no" ha llegado a formar parte de la broma popular y se ve ya como algo divertido, yo me quedo con eso. 
El propio día de la grabación iba con algo de miedo, pero lo han cuidado tanto que el punto humor se entiende y la campaña lo consigue.

RW. La campaña se apoya mucho en el humor, incluso en tu improvisación. ¿Ha habido margen para tus aportaciones, has llegado a "dirigir" el rodaje como en el plató de “El Chiringuito”?

No, yo soy simplemente la persona que interviene para hacer que algo que puede parecer incómodo, como es hacer la declaración de la renta, resulte agradable para la gente. Ese era el objetivo principal. 
A mí la idea me gustaba mucho, los guiones estaban muy bien y sí que hemos puesto un poco de nuestra parte Gorka y yo. De hecho Gorka ha sido el gran descubrimiento como nueva sensación de la publicidad [risas]. Es alguien que trabaja con nosotros desde hace tres años ya en las redes sociales de “El chiringuito” y ha hecho un papel espectacular. Yo me lo pasé muy bien por cómo está pensada la campaña, por la gente que hubo en el rodaje, el cariño que nos dieron…, fue un espectáculo. Y Gorka me lo hizo pasar incluso mejor, me ayudó mucho.

RW. Actualmente hay mucho escrutinio sobre la asociación de figuras conocidas, o influencers, con las marcas. ¿Qué te ha llevado a vincularte con TaxDown?

Que yo estoy con la gente que aporta, que innova. No soporto a las personas acomodadas, me aburren. 
Había que arriesgar, y gente como la de TaxDown, que arriesgan de verdad con una campaña transgresora, con sentido del humor y con un tema como el de Hacienda tan bien manejado, es una campaña con la que me interesaba asociarme. Me parecía que me aportaba, que era positivo y que no me podía perjudicar en nada. La única duda que tenía era que lo de los becarios no se entendiera bien, pero cuando vi la forma de plantearlo dije “voy con ellos”. Han sabido hacer algo diferente y adaptarse a los tiempos, que es una cosa que a mucha gente de mi edad le cuesta. 

“La única duda que tenía era que lo de los becarios no se entendiera bien”

En “El Chiringuito” hemos aprendido que para llegar a la gente joven hay que usar también otras fórmulas. La televisión convencional se está quedando atrás porque se usa el móvil todos los días. Entonces, esta aplicación es una forma muy sencilla de hacer la declaración de la renta así que me parecía que relacionarme con esta marca es una forma de ayudar o colaborar a que la gente se ahorre un dinero, que tampoco está mal. Me verán y quizá digan: “Mira, este me ha hecho ganar pasta”, y entonces les caeré bien. 

RW. Hablando de “pasta” y de innovar, la campaña dedica una pieza a las criptomonedas. ¿Qué opinión te merece esta tendencia?

Estoy aprendiendo y escuchando a mucha gente que entiende que esto no es el futuro, es el presente en muchos casos. Que estén ya incluso en la declaración de la renta y que TaxDown haya estado atenta a esto, es decir, que estén tan extendidas, me parece muy importante. Yo estoy en ello aún, en fase de aprendizaje…

RW. No es la primera vez que has hecho publicidad. Flexicar o Aliexpress son algunas de las colaboraciones más recientes que has hecho. ¿Cómo sueles elegir las marcas con las que trabajas?

Va por intuición. Y porque el equipo de marketing de “El chiringuito” es muy bueno y saben lo que me va a gustar y lo que no. Hay cosas que directamente rechazan ellos porque saben que no me va a hacer gracia o que no voy a querer relacionarme con ese producto. Yo necesito sentirme cómodo y que lo que hago tenga calidad, que sea un producto que yo utilizaría. Pero tampoco es que yo sea un influencer, simplemente soy un periodista con la suerte de que trabajo en lo que me gusta, hago un programa que funciona muy bien y estamos cerca de la gente. Nos divertimos todos los días y nos levantamos con ganas de hacer cosas nuevas. 

RW. Podríamos hacer un símil tuyo con Matías Prats como presentador mítico de televisión que, en su caso, ha estado ligado durante mucho tiempo a las campañas de Línea Directa. A ti te vemos menos en publicidad, dosificas más tus incursiones en este otro terreno.

Yo hago cameos. Sé a lo que me dedico, que es enterarme de lo que pasa en el mundo del deporte, dar exclusivas si podemos y arrancarle una sonrisa a la gente por la noche, que bastantes problemas tienen. Ese es mi objetivo y tengo la suerte de trabajar con una redacción fantástica y un equipo de tertulianos muy bueno. Eso es lo que me hace feliz todos los días. Pero luego aparecen cosas como esta y, aunque el equipo de marketing sabe que a mí no me gusta cambiar demasiado mi registro, en esta campaña se nota que soy yo mismo. TaxDown ha hecho una campaña a medida de mi personalidad, si no, no habría podido participar porque yo no sé actuar. Si me permiten ser como soy, bien, aunque me hayan recordado una etapa que… ¡tela! [Risas].

RW. Es que viendo la campaña, había dos opciones: o que seas un actorazo y en “El chiringuito” estés haciendo un papel constantemente, o que te hayan dejado ser tú mismo al 100%, lo cual tampoco es habitual en las marcas, que suelen pedir un perfil concreto en un acting determinado. 

“La publicidad para mí es hacer las cosas más bonitas, más agradables”

Bueno, exactamente no soy yo… Cuando le digo al becario “de sueldo no me hables ahora”, no es verdad. Yo no soy así [risas]. Esto es humor, pero para mí la publicidad no tiene que ser mentira, sino muy real y transparente. No entiendo que en una campaña se utilice a gente que hace un papel que no le corresponde o actúe haciendo algo que no piensa. La publicidad para mí es hacer las cosas más bonitas, más agradables y transmitir algo de manera original y brillante. 

RW. Brillante es el momento del spot en el que pides que te bajen el logo y no termina de estar a la altura correcta. ¿Qué tal llevas eso de ser un perfeccionista en una sociedad que a veces se acomoda un poco en el “así ya está bien”?

Soy un poco histérico con hacer las cosas bien. Yo uso siempre terminología futbolística para decir que en un partido no hay que salir a empatar, porque pierdes. Hay que salir a ganar, y cuando ganas hay que salir a golear y siempre más y mejor. Yo tengo la ventaja de estar en un plató de televisión y lo que busco es que la gente en su casa disfrute de los detalles que yo estoy viendo. Es mi obsesión. 

RW. Y funciona. Los años te avalan, así que tan locura no será…

Es una bendita locura.

RW. Llevas muchos años en televisión y han cambiado bastante las cosas desde aquel momento en 2012. ¿Cuáles crees que han sido las principales claves de la transformación de la industria?

Estamos en plena transformación de la comunicación. Esto tiene sus ventajas e inconvenientes, pero yo prefiero quedarme con las primeras. El otro día, en un programa con Mamen Mendizábal sobre el odio en las redes sociales, yo entendía que no hay que quejarse porque la gente te critique. Tenemos la ventaja de transmitirles lo que sabemos y además hacerlo al instante con la opción de que te respondan. Los periodistas tenemos que aprender que ya no somos infalibles, no hablamos desde un púlpito para que los demás callen y asientan. Te pueden contestar, criticar o demostrar que algo de lo que has dicho no es verdad. Con lo cual, creo que estamos en un punto diferente que además nos permite tener corresponsales en todo el mundo con su smartphone consiguiendo la mejor imagen de un momento clave. 
Simplemente debemos tener cuidado porque alguien me dijo una vez: “La tecnología aleja a los cercanos y acerca a los lejanos”. 

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