La vida cambia constantemente y, con ella, cambian también las casas. Partiendo de esa idea sencilla pero cotidiana, Ikea Suecia ha decidido dar un paso más en su campaña “Wherever life goes” y convertir los giros vitales en recompensas canjeables para el hogar.

La iniciativa permite a los miembros de Ikea Family registrar un cambio personal que estén atravesando y recibir, a cambio, puntos que pueden utilizar en soluciones de mobiliario y decoración adaptadas a su nueva situación. La propuesta se articula a través de la plataforma IKEA.se/poäng, donde los usuarios pueden seleccionar entre 21 categorías diferentes de cambios de vida y aportar una prueba que los acredite.
Una vez validada la información, los puntos se añaden directamente a la cuenta del usuario, facilitando que el hogar evolucione al mismo ritmo que la vida. 

Los ejemplos que propone la campaña responden al tono cercano, y con cierto humor, de la iniciativa. Así, quien acaba de pasar por una ruptura puede enviar el mensaje de despedida y obtener puntos para una manta reconfortante. Una pierna rota, acreditada con una foto de la escayola, se traduce en puntos para una bandeja de cama. Y una boda reciente, demostrada con la foto del enlace, da acceso a puntos para un juego de lámparas de mesilla a conjunto.

Con este enfoque, Ikea vuelve a situar el hogar como espacio emocional, no solo funcional. Cada cambio vital implica nuevas rutinas, necesidades distintas y, muchas veces, una reconfiguración del espacio doméstico. La marca se presenta así como un acompañante práctico en esos momentos de transición, reforzando su papel en el día a día de las personas.

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La acción ha sido desarrollada por la agencia NoA Åkestam Holst para Ikea Suecia y se apoya en el ecosistema de fidelización de la marca; pero en lugar de premiar el consumo por volumen, la iniciativa pone el foco en la relevancia del momento vital, alineando el sistema de puntos con situaciones reales.