"Si hacemos algo único tendremos éxito" David Muñoz - DiverXO

  • “En mi equipo busco a gente con hambre en los ojos, con actitud de 10”

No cabe duda que la marca XO (DiverXO, StreetXO…) y David Muñoz, su fundador, han alcanzado cuotas de notoriedad y éxito de gran impacto.
Considerado por varios como un producto de Marketing, lo cierto es que la historia de emprendimiento de David Muñoz y el equipo XO viene de mucho más atrás.
Y así nos lo ha contado en el evento MABS 2015.

“La filosofía que nos ha llevado hasta aquí ha sido la búsqueda incesante de un sueño que ha trascendido del mundo gastronómico al comercial”.

Con 27 años David Muñoz vivía en Londres. Hubo un momento en que decidió montar un restaurante que demostrase que la alta cocina podía ser divertida y que transformara la experiencia gastronómica en un viaje. Un viaje por diferentes lugares del mundo.

Así decidió volver a Madrid, vender su casa y comenzar DiverXo. Un restaurante que en aquel momento comenzó con 4 personas en el equipo y que para 2016 tiene previsto alcanzar las 200 personas en plantilla.

Pero el camino no fue fácil desde el principio; “al principio nadie confiaba en nosotros; a la gente le costaba ver el proyecto”.

Y es que no es fácil conseguir que la gente se sume a un proyecto que se vende diciendo “vas a trabajar mucho, cobrar poco y tu día a día será bajo una presión constante por la excelencia. Pero si confías en mi, algún día cobrarás mucho, trabajarás menos y liderarás un proyecto de éxito y reconocimiento”. Este era el discurso de captación de talento para formar equipo.

Y para decorar este proceso de recluting cuando le preguntaban ¿Cuándo pasará esto? La respuesta de David era: “No lo sé, puede que en 3, 4… 5 años. No tengo ni idea”.

DiverXO está empezando a ser rentable ahora, nueve años después

De hecho, 2015 será el primer año en el que el proyecto será rentable ¡Después de 9 años! “Hemos ido despacio; me llegué a obsesionar con que DiverXO tenía que ser rentable. Ese fue uno de mis errores. Tardé tiempo en darme cuenta que lo que de verdad tenía que ser rentable era lo que había alrededor”. Así nos responde David cuando le preguntamos sobre los errores que ha cometido a lo largo de su trayectoria.

Una trayectoria marcada por la obsesión, constancia y confianza en que el sueño saldría adelante.

“Cuando vendí mi casa, tuve que dormir durante 6 meses dentro del restaurante pero estaba seguro que si hacíamos algo único acabaríamos teniendo éxito”.

Y el éxito llegó…

Sin embargo, ese momento tampoco fue especialmente fácil. A David le pilló de imprevisto; era una situación con la que siempre había soñado, pero completamente nueva y para la cual no estaba del todo preparado. “Tuve que pedir ayuda a un coach y, siendo sincero, todo esto lo he empezado a digerir hace apenas dos años; incluso os diría que hasta hace 6 meses no he podido coger perspectiva de verdad”, comenta entre risas en el auditorio del MABS2015.

La mala gestión de ese éxito le pasó factura hasta el punto de engordar 32 kilos.

Un éxito que hoy le ha permitido hacer lo que quiere pero que no siempre estuvo ahí. La libertad de actuación vino cuando las marcas empezaron a formar parte de su estrategia. David es hoy imagen de marca de Mercedes-Benz, Mahou e, incluso, de la Comunidad de Madrid. Y esta ha sido la clave que le ha dado la libertad necesaria para que DiverXO se convirtiera en un proyecto con futuro.

Y es que la reinvención también ha jugado su papel en la trayectoria de David Muñoz y del universo XO. Las relaciones con anunciantes y con los medios que antes no tenían ningún papel, hoy son las que mantienen el barco a flote. “Sé que no voy a vivir de DiverXO eternamente, ni de StreetXO. Así que mi objetivo es buscar nuevos conceptos que me lleven a evolucionar y a perpetrar nuestro sueño. De hecho, cuando inauguremos en Londres este año, no trasladaremos el modelo de Madrid, queremos mejorarlo”.

Pero los errores volvieron a abrirse camino y se hicieron eco también en la gestión de su propio equipo, teniendo que abandonar a gente por el camino.

“No acepto la actitud mediocre ; que no es lo mismo que la mediocridad”

Aunque hoy David ya tiene muy claro qué es lo que busca. “A mí sólo me vale gente que tenga actitud de 10. Personas que quieran comerse el mundo aunque hagan trabajos rutinarios. Porque sólo así se puede seguir avanzando. En mi equipo no todo el mundo está arriba, puede haber personas con peor actitud. Pero lo que no acepto es la actitud mediocre. Con una buena actitud se puede conseguir el éxito. Y aunque no se consiga, lo importante es tener el foco claro”.

"Además me cuesta entender a personas que piensen de otra forma y que no traten de superarse día a día".

No obstante, para conseguir eso no sólo hay que centrarse en la búsqueda del talento. Hay que trabajarlo. “El esfuerzo constante ha llevado a mi equipo a estar donde está hoy”.

Y bajo su dirección ese grupo que inicialmente eran cuatro personas ha llevado a la marca XO a su internacionalización, dejando muy atrás lo que era cuando nació. Pero liderar un equipo no es una tarea fácil. De hecho, ante las dificultades David ha descubierto que la clave está en hacer a cada uno de los miembros partícipe del proyecto creando una fuerte “sensación de pertenencia”.

Con este trabajo, en el que la actitud se ha convertido en un pilar del emprendimiento, el objetivo siempre ha sido el mismo en su cocina. En ella la creatividad es importante, pero el rendimiento y la exigencia lo es aún más.

“La creatividad se mide mediante procesos obsesivos. Y a mí me obsesiona llegar al 10. La gente se va contenta cuando se queda con la percepción de que la comida es un 9. Pero cuando logramos ese 10, conseguimos que la gente se vaya diciendo que es la hostia. Ese salto es fundamental para lograr el avance en el emprendimiento, la transgresión”.

Pero un líder también debe implicarse. No basta con que el equipo sea el único que se esfuerce. Para David, ser un ejemplo de conducta no sólo motiva, sino que transmite la pasión por el proyecto. “Yo soy el primero que se pone a cortar una cebolla si hace falta”.

Y sólo así se aprende a mejorar la productividad. “Hoy todo es diferente. No soy el mismo de hace tres años y mis compañeros pueden decirlo. Y no se debe a que trabaje más horas. He conseguido estirarlas hasta aumentar mi productividad”.

De nuevo, la mejora está en su horizonte. Y, tal y como ha afirmado, con ambición y una pequeña forma de ego se embarca en la apertura de nuevos proyectos que creen vanguardia. Recordando que “sin arriesgar no se pueden recorrer caminos que no haya recorrido nadie. Pero por eso necesitas estar seguro de ti mismo, para salir de tu zona de confort”.

 

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