España va a asistir a lo largo de los próximos años a un fenómeno astronómico extraordinario. Se trata de dos eclipses totales, que se verán el 12 de agosto de 2026 y el 2 de agosto de 2027, y un eclipse anular, visible el 26 de enero de 2028. Un acontecimiento muy poco frecuente al que se ha denominado Trío de Eclipses y para el que se ha creado un logotipo específico.
Se espera que los eclipses atraigan a miles de turistas internacionales
Los eclipses se podrán observar desde distintos puntos de nuestra geografía y se espera que capten la atención tanto de la comunidad científica como de la ciudadanía. y de miles de turistas internacionales. El evento plantea desafíos logísticos y de seguridad, pero también oportunidades económicas, por lo que el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades ha optado por constituir el Trío de Eclipses como una marca con su propia identidad visual.
Se ha constituido una Comisión Interministerial para la preparación, organización y coordinación de los eclipses, compuesta por representantes de otros 12 ministerios y de 16 Comunidades Autónomas. En la reunión celebrada esta semana se ha dado a conocer el logotipo que el Ministerio ha diseñado en colaboración con la Fundación Española para la Ciencia y Tecnología (FECYT),
La imagen representa visualmente el trío de eclipses mediante círculos blancos y espacios negativos. La composición, además, genera la silueta de un telescopio en lo que supone un guiño a la herramienta fundamental para la observación astronómica. Según señalan desde la cartera en un comunicado el logotipo es "un símbolo de la mirada colectiva de un país volcado hacia el cielo”.

“El telescopio representa la curiosidad humana, la exploración y la amplificación de nuestra visión para alcanzar lo lejano y lo extraordinario. Nos recuerda que estamos ante una ventana única al universo, un espectáculo que nos invita a ampliar nuestra perspectiva”, ha apuntado Juan Cruz Cigudosa, Secretario de Estado de Ciencia, Innovación y Universidades.
El Trío de Eclipses promete convertirse en un acontecimiento social y cultural, principalmente por su carácter único. Y es que, como explican desde el Ministerio de Ciencia, desde 1905 no se había visto un eclipse total en la Península Ibérica, y España será uno de los pocos lugares del mundo desde el que podrá contemplarse.
Además, como recoge el CSIC, el último eclipse anular visible sucedió en 2005, y el último total se pudo ver en 1959, y solo desde las islas Canarias; desde la Península Ibérica no se había visto un eclipse total de Sol desde 1912.