La delgada línea del plagio en la era digital

El 6 de noviembre de 2006 Sarah Scurr realizó una instántanea mientras estaba a bordo de un crucero cerca del campo de hielo Patagónico Norte de Chile.

La fotografía que te mostramos bajo estas líneas fue tomada por Marisol Ortiz Elfeldt el mismo día y en el mismo barco que Scurr realizó su instantánea.

¿Qué ocurrió?

El problema comenzó en 2009, cuando Scurr presentó su imagen del iceberg de Chile a un concurso de fotografía organizado por la sección de viajes del Telegraph.

Su foto fue seleccionada como una de las mejores de la semana y fue publicada en la página web del periódico. Durante seis años pasó inadvertida.

Sin embargo, el pasado mes de enero, Marisol Ortiz Elferdt fue consciente de la publicación a través de la página de Facebook de Telegraph Travel.

Al comprobar que la fotografía era idéntica a la que ella había realizado en Chile, publicó un comentario en la red social de la compañía acusando al autor de plagio.

"Quiero dejar claro que esto es mío. Me parece enfermizo que esta persona engañe a la gente diciendo que esa fotografía es suya", escribió. "Quiero que esta imagen se retire inmediatamente o que se actualice con los derechos de autor apropiados: mi nombre".

Aunque el post fue eliminado, Elferdt publicó una captura de pantalla como elemento de prueba.

Tras lo ocurrido, The Telegraph decidió analizar el caso. Solicitó a ambas fotógrafas los datos EXIF de cada imagen.

¿El resultado? Gracias a los datos, se pudo comprobar que ambas fotografías habían sido tomadas el mismo día y en el mismo lugar pero con diferentes cámaras.

La ligera variación de una de las perspectivas de la imagen reforzó la teoría. Las dos mujeres estaban de pie, una junto a la otra, cuando realizaron la fotografía. Hicieron "click" desde el mismo plano pero con unos segundos de diferencia.

Muchos interpretarán este episodio como un presagio terrible para la fotografía original en la era de los teléfonos inteligentes.

Y es que todos podemos tener acceso a esa calidad gráfica gracias a las nuevas tecnologías y a las aplicaciones que permiten un retoque mucho más profesional de nuestras imágenes. Instagram es un ejemplo que da muestra de ello.

Tenemos los mismos móviles, vamos a los mismos sitios y a los mismos lugares. No es de extrañar entonces que, como consecuencia de ello, al final acabemos realizando incluso las mismas fotografías...

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