5 pasos para enfrentarse a una purga de emails promocionales

Desde que Gmail inventó la pestaña “Promociones”, cada día nos enfrentamos a una carpeta saturada de ofertas, descuentos y promociones. Os traemos cinco pasos para purgar la bandeja de entrada para recibir sólo aquellos descuentos que nos interesan.

Desde que Gmail ha lanzado un nuevo diseño de bandeja de entrada, los profesionales del marketing se preguntan como afectará la nueva pestaña de “Promociones” a su trabajo. 

 

Los primeros días cundió el pánico, y el sector entero estaba convencido de que las tasas de apertura iban a caer dramáticamente. 

 

Pero en realidad, la nueva bandeja de entrada afecta mucho más a los usuarios que a los profesionales. Porque de repente nos enfrentamos, cada día, a un número vertiginoso de emails que han ido a parar a esa carpeta.

 

¿Cómo podemos leer todos esos emails? ¿Tendremos tiempo? ¿Nos perderemos algún descuento importante?

 

El email marketing es muy útil, tanto para usuarios como para marcas, pero sólo si podemos gestionarlo en nuestro tiempo y si nos proporciona algo de valor. Muchos de los emails que hay en esta pestaña, “Promociones”, son de empresas que no nos interesan, que ofrecen descuentos en productos que no queremos y que envían emails que nunca abrimos.

 

 

1. ¿Has abierto algún email de esta suscripción en el último mes?

 

Tener una lista interminable de mails sin abrir que no nos interesan no sirve para nada, más que para agobiarnos. Todas estas ofertas que no nos dicen nada nos hacen perder el tiempo. Incluso pueden hacer que nos perdamos alguna otra promoción interesante simplemente porque nos agobiamos, seleccionamos todos los emails de la pestaña “Promociones” y los borramos.

 

La bandeja de entrada de los adictos a las promociones es como el trastero de un enfermo con síndrome de Diógenes. Casi todo lo que hay allí es basura, pero lo guardamos obsesivamente por si acaso, por alguna casualidad remota, un día lo necesitamos.

 

Basta.

 

No podemos dejar que la basura digital domine nuestras vidas. Seamos honestos con nuestra bandeja de entrada y borremos nuestra suscripción a las promociones que no queremos.

 

 

2. ¿Los emails de esta suscripción son personalizados?

 

 

No estamos hablando del “¡Hola [tu nombre]!”. El software de email marketing de hoy en día es capaz de personalizar las promociones a un nivel muy superior. Si la página no está filtrando las promociones teniendo en cuenta los productos que hemos mirado y nuestros hábitos de compra... no se está esforzando lo suficiente.

 

Una vez más, están malgastando nuestro tiempo.

 

Las empresas también deberían tener en cuenta el paso del tiempo en productos que tiene un ciclo de vida corto para el cliente. Si, por ejemplo, miramos ropa para bebé en una tienda online hace 3 años, ya no deberíamos recibir promociones de ropa para bebé, sino para niños de 3 años.

 

Si vamos a saturar nuestra bandeja de entrada con promociones, como minimo que sean relevantes.

 

 

 

3. ¿Es fácil acceder al producto y a la promoción desde el email? 

 

Las promociones deberían tener enlaces a los productos, no a la página principal de la tienda. Y Una vez allí, debería estar claro cómo usar la promoción.

 

No sirve de nada estar suscritos a un descuento si luego no podemos usarlo. Queremos recibir estos descuentos porque nos facilitan la vida. Si luego nos vamos a pasar horas buscando el producto en la página del vendedor (y vamos a acabar comprando más cosas, porque somos así), no estamos recibiendo ninguna facilidad.

 

 

4. ¿Tardamos más de dos minutos en leer el email?

 

El tiempo es oro. Con tantas suculentas promociones, cada email tiene que dejar claro qué ofrece e incluir las imágenes y precios en tamaño bien grande.

 

Honestamente, si el correo es un texto interminable, nos vamos a aburrir antes de llegar a ver cualquier oferta interesante. No vale la pena.

 

 

 

5. ¿Es fácil darse de baja si lo decidimos más adelante?

 

Esta purga de emails es la limpieza de primavera de nuestra vida. Quién sabe cuándo nos vamos a sentar de nuevo delante del ordenador para enfrentarnos seriamente a nuestra bandeja de entrada.

 

Si tenemos dudas sobre si vale la pena quedarnos una suscripción, esta es la prueba de fuego: buscar el enlace para darse de baja. Si es fácil de encontrar, podemos posponer la decisión unos días. Pero si no lo encontramos por ningún lado, más vale encontrar la forma de darnos de baja ya y olvidarnos del problema.

 

Si la echamos de menos, siempre podemos volver a suscribirnos.

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