Rusia veta más productos de Europa

El pasado mes de agosto Rusia prohibía durante un año las importaciones de alimentos frescos procedentes de EEUU, la Unión Europea, Canadá, Australia y Noruega.

La medida era consecuencia de las sanciones económicas impuestas a Rusia por parte de EEUU y Europa por su implicación en la desestabilización de Ucrania.

La respuesta de Rusia fue la de vetar las importaciones de alimentos básicos, medida que ha afectado al sector consumo del país y a los agricultores y ganaderos que venden sus productos a Rusia.

Además, esta semana se ha anunciado un nuevo veto que afecta a harinas y grasas animales así como a todos los derivados porcinos, bovinos y procedentes de aves de corral. El motivo en esta ocasión parece ser una “violación de las normas de seguridad”, según palabras de Alexeï Alexeenko, portavoz de la agencia veterinaria rusa.

Y es que este organismo ha detectado en los dos últimos meses hasta 17 violaciones de las normas sanitarias. Se habrían descubierto restos de antibióticos en productos procedentes de Alemania, Italia y Polonia.

Sin embargo, no es la primera vez que desde Moscú se recurre al arma comercial, normalmente bajo pretextos sanitarios, para hacer presión diplomática sobre los vecinos europeos.

Con violaciones sanitarias o sin ellas, el 10% de las exportaciones agrícolas de la UE va a Rusia cada año, lo que supone operaciones por valor de unos 11.000 millones de euros que ahora mismo están bloqueadas.

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