La burbuja del dinero digital va a estallar YA con las Bitcoins

¿Habéis oído hablar de las Bitcoins? Pues ya cuentan con el valor de unos mil millones de dólares en circulación y, probablemente, son el comienzo de la siguiente revolución económica.

¿QUÉ ES ESO?

 

Descentralizado y anónimo. Esos son los dos pilares fundamentales sobre los que se basa el sistema de las Bitcoins. Todo el mundillo tecno-económico cada vez está prestando más atención a ellas y, desde 2008, ha crecido a toda leche. 

 

 

Lo más fácil de entender es que cualquier persona puede cambiar su dinero por Bitcoins. Al principio su valor rondaba el 1.309,03 Bitcoin por dólar, pero como cada vez es más popular y atractivo, su valor se ha incrementado bastante. También se pueden cambiar Bitcoins por dinero, claro. Por supuesto, los límites están bien fijados, para prevenir inflaciones, aunque no es completamente seguro ante hackeos. Pero, ¿qué lo es hoy en día?

 

 

Como cualquier moneda, sirve para comprar bienes y servicios, aunque también ofrece otras ventajas, como la del anonimato. Desde los pagos más legales, como hoteles y tiendas, hasta los chanchullos más escabrosos. Me jugaría una mano a que, si te lo propones, ya se podrían conseguir armas a cambio de Bitcoins. 

 

 

Para acabar esta explicación tan resumida de lo que son las Bitcoins, me gustaría recordar una cosa. Como cualquier moneda, ya sea física o digital, Bitcoin juega dentro de las leyes de la oferta y la demanda y crearía problemas de una complejidad extrema si llegase el caso de que su importancia fuera equiparable con las divisas reales de cualquier país. Por eso es más importante de lo que parece...

 

 

Crack del 29

 

 

THE BUBBLE BITCOIN

 

Antes os he comentado que cuando todo esto empezó, el valor de las Bitcoins era ridículamente bajo. En cambio, hoy en día, cada Bitcoin está valorada en unos 200 dólares. Eso ya es otra cosa, ¿no? Y, para más inri, hace una semana no llegaba ni a los 60, lo que quiere decir que crece a un ritmo vertiginoso. 

 

 

 

 

Muchos dicen, y cada vez con más razón, que la burbuja está a punto de estallar. Y la principal razón es la que más peso tiene: cualquier burbuja acaba estallando. La otra razón, con un poquito más de fundamento, es que las Bitcoins son una mezcla de divisas y materias primas. Mientras que el dinero puede aumentar o disminuir su valor, las materias primas siempre se vuelven menos útiles con el tiempo. 

 

 

Como os podéis imaginar, los hackers de todo el mundo se estarán frotando las manos. Es cierto que el sistema está cifrado de una manera asombrosa, pero los robos no tienen por qué producirse a través de un hackeo como los que vemos en las películas. Cuando alguien recibe o envía Bitcoins, el destinatario rara vez se preocupa de si la identidad del remitente es real o no; acordaos que antes he comentado que el anonimato era uno de los puntos fuertes del sistema. De este modo, si se accede ilegalmente a la cuenta de otra persona y se roban ‘monedas virtuales’, cuando sean enviadas a otra cuenta ya se les habrá perdido la pista. Además, el código fuente que utilizan es público y gratuito, así que quien más, quien menos, todos los hackers descubren alguna que otra grieta de seguridad. 

 

 

Homer

 

 

Si a eso le añadimos que los 200 dólares que le roban a un señor, dentro de muy pocos días se habrán revalorizado hasta rondar el millón de dólares, el peligro es mucho mayor de lo que podamos imaginar. 

 

 

¿POR QUÉ LA GENTE SE LA JUEGA TANTO?

 

El adjetivo que mejor define a la locura de las Bitcoins es el de ‘volátil’. La situación de extrema debilidad de gran parte de las monedas ‘reales’ del planeta se basa en la falta de fe en las instituciones, en particular en los bancos centrales, y mucha gente decide jugársela e invertir su dinero en ‘monedas digitales’, que hacerlo en una organización real, que tiene cada vez más posibilidades de quebrar. Por la tele se ven cada vez más casos de bancos en bancarrota, y de muchos ciudadanos cabreados. Y nadie quiere estar en esa situación. 

 

 

El problema que presenta que pensemos así es que, al invertir en Bitcoins, no jugamos solo con nuestro dinero, sino con todo el sistema económico. Todos sabemos muy bien los resultados de las inflaciones, por ejemplo, y si entran en juego cantidades de este tamaño, tan fáciles de gestionar, y que pudiéramos transferir de manera anónima, la facilidad con la que se producirían sería alarmante.

 

 

En resumen, Bitcoins es una alternativa digital, muy cómoda, al hastío de la gente y a su sentimiento de desconfianza ante las plataformas financieras tradicionales. Definitivamente, el siglo XXI no será la era recordada por el ‘amor de la población hacia los bancos’.

 

 

El límite de Bitcoins se ha establecido en 21 millones de bitcoins para 2140... ¿De verdad sirve de algo poner un límite a 137 años? Con 5 años ya me sobran algunos meses. Y sería tiempo más que suficiente para que todo el sistema se fuera al carajo. 

 

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