Hasta el cepillo de dientes va a estar conectado a Internet

El internet de las cosas ya está aquí y, dentro de poco, todos los objetos estarán conectados a la red. Nuestra forma de vida va a cambiar radicalmente.

Con la revolución de los smartphones ya estamos conectados a internet las 24 horas del día a través del móvil. ¿De verdad hay un paso más allá? Pues resulta que sí. A partir de ahora no sólo nosotros, sino todas las demás cosas del mundo van a tener smartphone. Es el siguiente paso en la integración del mundo a través de internet y se llama el internet de las cosas.

 

Cada vez más objetos de la vida cotidiana tienen conexión a internet, ya sea a través de Bluetooth, con un microchip especial o cualquier otro tipo de tecnología. Parece ciencia-ficción pero la revolución ya ha empezado en nuestras propias casas, con los sistemas que permiten controlar las luces, la televisión..., desde un smartphone.

 

Los siguientes en apuntarse a la moda han sido los artículos deportivos: chips que miden el recorrido de tu bicicleta, zapatillas que calculan los kilómetros que corres... La industria del automóvil está haciendo pasos de gigante en esta dirección con coches que aparcan solos y van a buscarte a la puerta cuando los llamas, por ejemplo.

 

 

El internet de las cosas ya existe, aunque sea de forma dispersa. Los informáticos ya están convencidos de que dentro de poco todo, absolutamente todo, pasará a estar conectado a internet, desde un yoghurt hasta un avión.

 

ALERTA: Los profesionales del marketing tienen que empezar a contar con el internet de las cosas para sus estrategias de futuro. Y es que este nuevo paradigma lo va cambiar todo:


- La era del control remoto: prácticamente todas las cosas se van a poder controlar a distancia. No, no vamos a poder lanzar desde la distancia objetos inanimados, al estilo Harry Potter (al menos por ahora). Hablamos de coches, trenes y aviones que se conducen solos, de construir edificios a distancia, o de cosas tan mundanas como encender la calefacción cinco minutos antes de llegar a casa.


- El fin de los stocks agotados: vamos a poder controlar el comportamiento de los productos desde cualquier punto del planeta, así que se van a minimizar los productos que se agotan. 


- No más robos: si cualquier cosa se puede localizar, es imposible robarla. Es uno de los motivos por los que se está acelerando todo el proceso.

 

Sin embargo habrá que esperar un poco porque el mayor problema que está encontrando el internet de las cosas es la cantidad de objetos que tiene que conectar. En una ciudad, cada ser humano está rodeado en todo momento de entre 1.000 y 5.000 objetos. Son un total de 100.000 millones de objetos, aproximadamente.

 

De momento os dejamos con dos iniciativas recientes basadas en el internet de las cosas:

 

1. El imán VIP. Es un imán de nevera con internet. Cuando se presiona manda una solicitud a una pizzería de la cadena Red Tomato Pizza, que la hace llegar al cliente. Ya está en uso en Dubai.

 

 

 

2. La pulsera MyMagic+. En Disney World, en Florida, ya se está probando esta pulsera inteligente. Sirve para pagar la entrada, recibir avisos cuando una atracción tiene poca cola, comprar la comida con un gesto de muñeca... Lo mejor es que, en la segunda visita al parque, ¡todos los personajes de Disney te reconocen!

 

 

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