Por qué los consumidores compran productos de marcas que odian

Desde la web Consumerist han recopilado las razones que suelen dar los consumidores para comprar productos de marcas a las que detestan. Son éstas:


Porque no hay más opciones
Servicios como Internet, agua, gas o electricidad están sujetos en la mayor parte de los casos a restricciones geográficas sin dejar lugar para la elección del consumidor. Y es que el sitio en el que vivimos condiciona en muchos aspectos las marcas que elegimos.

Por ejemplo, si uno vive lejos de un aeropuerto principal tendrá que conformarse con volar con la única aerolínea que le lleve hasta el aeropuerto secundario más cercano a su casa, le guste o no esa compañía aérea. O si vive en una zona poco comercial se tendrá que acostumbrar a hacer la compra en el único supermercado que haya cerca.

Porque es la opción más barata
A muchos consumidores les gustaría comprar la ropa, los libros, la comida o los muebles en pequeños comercios independientes para apoyar la economía local. Pero, en las ciudades, este tipo de productos es más barato en grandes superficies, en parte debido a las ofertas y descuentos que suelen hacer.

Por la conveniencia
Tener todo lo que se necesita en un mismo espacio comercial, con parking para poder cargarlo en el coche, es uno de los motivos principales por los que los consumidores compran en grandes superficies en lugar de recorrerse el barrio de tienda en tienda.

Lo mismo ocurre con la elección de una compañía aérea a la hora de viajar. Aspectos como los horarios de los vuelos pueden llevar al cliente a volar con una aerolínea que no le guste pero que le resulte más conveniente.

Porque odian la empresa pero les encantan sus productos
McDonald’s es el mejor ejemplo de empresas que suelen estar en el ojo del huracán por cuestiones éticas pero que, sin embargo, siguen triunfando entre los consumidores.
Si el hotel de lujo en el que un cliente ha esperado años para poder alojarse resulta estar dirigido por un déspota o un dictador, es poco probable que cancele su reserva para la que podría ser su “segunda luna de miel”.

Porque la competencia no es mejor
La industria de las telecomunicaciones es el mejor ejemplo para este punto. Movistar, Vodafone, Orange… todas cuentan con clientes descontentos predicando a los cuatro vientos que su operadora es la peor. Mala cobertura, tarifas elevadas, condiciones restrictivas…, suelen ser los motivos de sus quejas.

Conscientes de ello, las empresas de telefonía destinan elevados presupuestos a acciones de marketing para que los clientes acaben pasando de unas empresas a otras. Sin embargo, la historia vuelve a repetirse y el cliente no gana nada porque la competencia, en términos generales, no resulta ser mejor.

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