Curiosidades sobre algunos de los logos más conocidos

Algunas veces el aspecto más interesante de un logotipo no es la tipografía utilizada o el diseño en sí mismo, sino la historia que hay detrás de él.

Así lo recoge el libro TM: The Untold Stories Behind 29 Classic Logos, escrito por Mark Sinclair, en el que se cuentan algunas de las curiosidades que hay detrás de los logotipos de las marcas más conocidas del mundo.

Desde Wired han recopilado algunas de esas historias curiosas:

El muñeco de Michelín empezó siendo un borracho
“El borracho de la carretera” es como se le llamaba al muñeco de Michelín en sus primeros años. Y no es de extrañar teniendo en cuenta la forma en la que se le representaba en las gráficas publicitarias. Nada que ver con el personaje sonriente con el que estamos familiarizados a día de hoy.

Los apodos del logo de la NASA
En sus inicios, al logotipo de la NASA se le conocía como la “albóndiga”, un apodo que se mantuvo hasta que en 1976 el estudio de diseño Danne & Blackburn lo simplificó por otro consistente en unas letras redondeadas. Entonces al logotipo se le empezó a llamar “el gusano”.

Tras el desastre del Challenger en 1986 la NASA entró en una profunda crisis de la que se salió introduciendo algunos cambios en la organización como, por ejemplo, la vuelta al logotipo original.
Así, “la albóndiga” fue recuperada, adaptándola a los tiempos modernos.

El símbolo de la paz fue originalmente un autorretrato
Hoy en día es un símbolo tan omnipresente que casi resulta difícil pensar en él como un logotipo.
Pero antes de que empezáramos a verlo en camisetas desteñidas, el símbolo de la paz se usó en una campaña para el desarme nuclear. Fue diseñado por Gerald Holtom, uno de los primeros miembros de la CND que, posteriormente, pasó a convertirse en diseñador profesional.

Y como explicó Holtom unas décadas después de crearlo, el símbolo comenzó siendo como una especie de autorretrato: “Yo estaba en la más profunda desesperación. Y me dibujé arrodillado, con las palmas de las manos extendidas hacia afuera, como el campesino de Goya ante el pelotón de fusilamiento. Después dibujé un círculo alrededor de las líneas que formaban mi cuerpo y mis brazos”.

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