Una familia sonriente brinda, reparte platos y conversa sobre el tráfico navideño mientras se sirve generosamente pavo y jamón. Pero a medida que se desarrolla la cena, un torrente de sangre ficticia mancha a los comensales, que siguen masticando sin inmutarse. La escena, grotesca y deliberadamente chocante, forma parte del nuevo anuncio de Navidad de PETA, ideado por la agencia Grey Londres y dirigido por David Shane.
La campaña, que se proyectará en cines de Reino Unido durante todo diciembre, culmina con una cifra: “Esta Navidad, más de 180 millones de animales serán sacrificados en Reino Unido. Feliz Christmassacre”. El objetivo de la organización es invitar a la reflexión sobre el sufrimiento que se esconde tras cada centro de mesa carnívoro y promover la transición hacia un menú vegano.
“Detrás de cada pavo trinchado, cada jamón o Wellington de ternera, hubo un ser vivo que sintió miedo, dolor y no quería morir”, declara Elisa Allen, Vicepresidenta de Programas en PETA. La pieza, que combina ironía visual con crudeza simbólica, busca sacudir conciencias en un momento del año donde abunda la indulgencia y la desconexión con el origen de los alimentos.
Más allá del shock visual, la campaña ofrece también una guía práctica de asados veganos y kits de iniciación gratuita para quienes quieran dar el paso. Todos los alimentos utilizados para el anuncio eran 100% vegetales, demostrando que es posible celebrar sin contribuir al sufrimiento animal.
PETA recuerda así que los animales de granja no son recursos, sino individuos: los cerdos reaccionan a la música, las vacas establecen lazos afectivos y los pavos cuidan a sus crías. Por eso, la organización insiste en que elegir un menú vegano no solo salva vidas, sino que también reduce drásticamente la huella de carbono y los riesgos para la salud humana.