Un reportaje de Natalia Marin

Publicidad con famosos: ¿todo por un impacto?

Aprovechar el tirón de un personaje famoso para anunciar un producto o una marca determinada viene siendo algo habitual en el sector publicitario.

Embajadores de marca es como se les suele llamar. 

 

ojoPero ¡ojo!, porque hay veces que a los famosos se les va de las manos y luego pasa lo de Rihana y Nivea...

La marca de cosmética decidió prescindir de la cantante como embajadora por considerarla demasiado provocativa. 

 

Ahí es donde entra en juego la buena o mala combinación de los valores de la marca con los del famoso en cuestión. Algo que a priori apunta a convertirse en un exitazo puede terminar pasando factura.

Así que no, no todo vale en lo que se refiere a publicidad con famosos

A veces asociar un rostro famoso a una marca es sinónimo de dinero tirado a la basura. 

Lo bueno del famoso se traslada a la marca y esto se traduce en notoriedad. Pero hay que tener en cuenta que todo lo malo que tenga esa celebridad también se va asociar al anunciante. 

Y puede ocurrir lo que pasó con Oprah Winfrey, que hizo publicidad de Microsoft Surface a través de Twitter, pero sus tuits estaban siendo enviados desde un iPad. La publicidad fue en este caso más dañina que beneficiosa para el gigante del software.

Antes de contratar a un rostro famoso para su publicidad, las marcas deben plantearse primero una de serie de cuestiones...

  • El famoso debe encajar con la estrategia. Contratar a una celebridad porque sí no tiene sentido. La marca debe asegurarse de que esta estrategia encaja en la visión general de la empresa y pensar en términos de valores de la marca, público objetivo y presupuesto.
  • Asegurarse de que sea el famoso adecuado. Se trata de que las marcas y los famosos se complementen. Nos gustará más o menos, nos parecerá más o menos casposa, pero la imagen de Belén Esteban le va como anillo al dedo a un bingo online:
  • La exclusividad. Que el mismo famoso sea embajador para varias marcas a la vez puede que no convenga a un anunciante concreto. Como ha pasado esta temporada con Beyoncé, que es a la vez imagen de marca de H&M y Pepsi:
 

riesgosAún así, como ya hemos dicho antes, los riesgos están ahí y es algo que toda marca debe asumir desde el momento en el que decide recurrir a un rostro famoso para anunciarse. 

Sin embargo, hay apuestas seguras y ciertas marcas ya son unas incondicionales del uso de personajes famosos en sus anuncios.

Por ejemplo, Pepsi...

... o Adidas

... o Nike

Y, de repente, una marca de las que no son archiconocidas nos sorprende con un rostro famoso en un anuncio y, como no, salta la polémica: que si Nicole Kidman está sobreactuada, que si da saltitos ridículos...

Eso sí, hay famosos muy solicitados porque hagan lo que hagan en un spot, éste va a funcionar seguro. Tal es el caso de Pierce Brosnan.

En fin, el tándem publicidad+famosos es algo ya tan utilizado que algunas marcas incluso aprovechan el tirón de esto en sus anuncios. Como el de Jennifer Aniston para Aveeno:

Y no podemos terminar el análisis sin poner un par de ejemplos de cómo afecta la personalidad de un rostro famoso al spot en el que aparezca y cómo sus valores se trasladan por completo al producto.

Tenemos por un lado a Taylor Swift, sosa a más no poder, para Coca-Cola Light:

Y, por otro, tenemos la fuerza seductora y las armas de mujer de Christina Hendricks para Johnnie Walker:

Ahora ya cada uno que decida hasta qué punto le compensa el recurso de un rostro famoso para sus anuncios.

Pero, por favor, lo de todo por un impacto no funciona ;).