El lado oscuro de las colas para comprar el iPhone

El iPhone 5S y 5C ya están a la venta y hemos vuelto a ver las colas interminables ante las tiendas Apple. Esta vez un productor de cine independiente se ha unido a ellos. Ha lanzado un pequeño reportaje que explora la subcultura alrededor de estas colas.

Con el lanzamiento del iPhone 5S y 5C en Estados Unidos hemos vuelto a ver las colas interminables que se forman durante días ante las tiendas de Apple. ¿Quiénes son esas personas que pasan días haciendo cola para conseguir el último iPhone? ¿Por qué lo hacen?

 

Hay una subcultura de fanáticos de la compañía de la manzana, que están dispuestos a dejarlo todo para conseguir el último producto. Algunos tienen obligaciones que les impiden hacer la cola y acaban pagando a terceros para que ocupen su lugar en la línea. 

 

Casey Neistat, un productor de películas independientes, ha pasado la noche entrevistando a las personas que esperaban ante una tienda. El resultado es un pequeño reportaje en el que conocemos varios testigos que han pasado desde unas horas hasta dos semanas haciendo cola. 

 

En las imágenes vemos a la gente en sacos de dormir, cambiándose de ropa en la calle e incluso una mujer durmiendo dentro de una bolsa. Después de preguntarles cuánto tiempo llevan esperando, Neistat les dice: “¿Por qué?”. Es sorprendente lo difícil que les resulta contestar a la mayoría.

 

 

Lo más chocante del vídeo es que todos los entrevistados tienen claro que van a comprar el iPhone dorado. “Hay que ser tonto para esperar en la cola durante días y no comprar el dorado”, dice uno de ellos. ¿Será la fiebre de la novedad?

 

En la cola también hay “profesionales”. Personas que cobran por hacer filas interminables y comprar el producto para un tercero. 

 

Aunque en el vídeo no lo vemos, esta práctica se les ha ido de las manos en algunas tiendas del país.

En Pasadena, California, alguien contrató a decenas de indigentes para que hicieran la cola y compraran dos teléfonos cada uno (es el máximo que permiten comprar por persona el día del lanzamiento). El personal de la tienda se dio cuenta del método y dejó de vender a los sin techo. Los indigentes se rebelaron contra el personal y causaron alborotos. La policía tuvo que intervenir.


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