En política también hay packaging: la importancia de estilismos y gestos
- Los políticos también comunican con su forma de vestir
- Llevar esmoquin a los Goya implica aceptar el protocolo. Ir sin traje a la Zarzuela, saltárselo
Una mirada, un gesto o el color de una chaqueta pueden reforzar un argumento o restarle credibilidad. La estética y el lenguaje gestual son claves en política.
Así lo creen Marcos de Quinto, Consejero del CEO en The Coca-Cola Company; Fran Carrillo, Consultor político y asesor de comunicación en La Fábrica de Discursos; Pablo Herreros, Periodista y Comunicador; y Luján Artola, Periodista y analista política. Todos han participado en la Tercera tertulia del año en Reason Why: “Marketing Político, comunicación medida a medida”.
En cuanto a estilismo, hay diferencias entre hombres y mujeres. Los tertulianos opinan que analizar la vestimenta de las mujeres puede resultar sexista en casos como este:
No voy a decir nada del calzado de la mujer de Torra porque espero que no quiera ejercer de primera dama (figura anacrónica); pero que alguien queme los mocasines del president antes de la toma de posesión #powerdressing pic.twitter.com/foLUA98rQJ
— Patrycia Centeno (@PoliticayModa) 15 de mayo de 2018
O incluso en un debate a cuatro como el preelectoral con Pedro Sánchez, Pablo Iglesias, Albert Rivera y Soraya Sáenz de Santamaría.
Sin embargo, los colores sí pueden aportar información extra al discurso y reforzar los argumentos que una Cristina Cifuentes acusada de mentir sobre su máster de la Universidad Rey Juan Carlos quiere transmitir en su última intervención como Presidenta de la Comunidad de Madrid.
Del empoderamiento del total look rojo (defensa/nadie podrá conmigo/yo soy la https://t.co/7glABgmMbY) a la estrategia de inocencia del blanco (bondad/transparencia/víctima). De manual #powerdressing #nosabená pic.twitter.com/nf60pQSVU1
— Patrycia Centeno (@PoliticayModa) 29 de abril de 2018
En el caso de los hombres, el punto de partida suele ser una estética neutral. Es cuando se salta esta neutralidad cuando se trata de comunicar un mensaje. Por ejemplo, el líder de Podemos, Pablo Iglesias, demostró aceptar el protocolo de los Premios Goya usando esmoquin y rechazar el de la monarquía al prescindir del traje en la Zarzuela.
Por hacer el paralelismo, el “packaging político” también aporta información relevante a los votantes. Y si la ropa da información, los gestos también.
En todas las ocasiones que repite “tengo pruebas de que Irán incumple” enseña la palma de la mano (sinceridad, honestidad, transparencia). Pero sólo enseña una mano; la otra (sea la izq o dcha) sujeta el atril (algo oculta) #bodylanguage #nastyTrump pic.twitter.com/OcOqbaNMKf
— Patrycia Centeno (@PoliticayModa) 11 de mayo de 2018
Siempre y cuando no se caiga en la psicosis de analizar cada microgesto. Que un político se rasque la nariz no implica necesariamente que esté mintiendo. Puede que simplemente le pique.