La comunicación de Greenpeace se caracteriza, habitualmente, por su tono de impacto y sus crudas imágenes, un enfoque provocativo con el que busca evidenciar la situación de crisis climática que atraviesa el planeta. No obstante, ocasionalmente hay excepciones a esa línea. Un ejemplo de ello es la nueva campaña lanzada por la división australiana para advertir de los efectos de la pesca con palangre.
Se trata de un tipo de pesca que emplea una línea principal con múltiples anzuelos, un sistema diseñado para capturar especies grandes como el pez espada, el atún o el tiburón azul. Este último es, precisamente, el protagonista del cortometraje de animación mixta que la organización ha desarrollado junto al estudio de animación Dropbear, la diseñadora gráfica Andrea Innocent y la productora Photoplay.
El resultado es una historia que capta la atención y, al mismo, tiempo conmueve y divulga acerca de la brutalidad de la práctica pesquera en las costas australianas. Presenta, de manera concisa, una narrativa emocional centrada en una cría de tiburón azul, que alza como símbolo de la inocencia atrapada en un ciclo de explotación industrial.
“Bajo las olas del Mar de Tasmania, los palangres se extienden kilómetros, matando indiscriminadamente a millones de animales marinos, incluyendo tiburones”; han explicado desde Greenpeace Australia la compartir la pieza en sus canales sociales. “Esta animación revela el daño oculto que ocurre más allá del horizonte, pero no tiene por qué ser así”.
Desde Dropbear, según recoge The Stable, han buscado que los personajes, especialmente el tiburón protagonista se sintiera natural, por lo que las ilustraciones delicadas y expresivas, influenciadas por la cultura kawaii japonesa, transmiten esa vulnerabilidad. Esto se contrapone con la dureza del collage fotográfico, que apelan a la actividad industrial y la destrucción.
La campaña busca la ratificación del Tratado Global de los Océanos
La campaña se ha activado en la página web de Greenpeace Australia, redes sociales y servicios de vídeo bajo demanda, con la intención de alcanzar una audiencia amplia en todo el país. El objetivo último es hacer un llamamiento a la población para presionar al gobierno australiano al Tratado Global de los Océanos que, entre otras cosas, busca declarar área protegida un 30% de la superficie de alta mar antes de 2030. España lo ratificó en febrero de este año.
Greenpeace tiene en marcha una recogida de firmas, y supera ya las 59.500, aunque espera lograr 75.000. Además, ha apelado directamente a Anthony Albanese, elegido Primer Ministro de Australia a principios de este mes de mayo, y le instan a firmar el tratado en sus primeros 100 días en el poder.
“El Gobierno australiano tiene una oportunidad única en su generación de defender un santuario oceánico internacional protegido en el Mar de Tasmania, donde la vida marina y los ecosistemas puedan recuperarse y prosperar”; señalan desde Greenpeace Australia, en un anuncio a página completa publicado en The Sydney Morning Herald.

Con todo, no se trata de la primera vez que Greenpeace Australia recurre a la animación. A finales de 2023 también lanzó un cortometraje para concienciar del impacto en los océanos y a las autoridades que impulsasen la creación de un santuario para el Mar de Tasmania.