Analizando el teletrabajo: ¿Ha llegado para quedarse?

  • Un estudio de GlobalWebIndex defiende que el trabajo a distancia favorece la agilidad en el negocio y empodera al trabajador
  • Esta modalidad laboral sí puede influir negativamente en la identificación del trabajador con la línea y los valores de la empresa
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El coronavirus ha brindado al teletrabajo la mayor oportunidad de su historia. Un momento que puede marcar el punto de inflexión que venía necesitando la cultura laboral a nivel mundial. Y hasta ahora parece que la prueba está funcionando, al menos en el hecho de disipar sospechas sobre la caída de la productividad o la falta de comunicación entre empleados.

Además se están sorteando, con mayor o menor acierto, algunos obstáculos propios del confinamiento, como la precipitación con la que muchas empresas y trabajadores han tenido que adaptarse a las nuevas circunstancias, o las implicaciones psicológicas derivadas de la situación.

El teletrabajo que hacemos ahora puede tener beneficios a largo plazo

En este sentido, GlobalWebIndex (GWI) ha realizado un estudio sobre las percepciones de los empleados respecto al trabajo a distancia en circunstancias normales, quitando de la ecuación factores como la ansiedad y la frustración provocadas por la pandemia.
El objetivo de la compañía es comprender algunos de los beneficios a largo plazo del teletrabajo, así como ver qué medidas y formas pueden ayudar a mejorar este sistema laboral.

Teletrabajo como mecanismo de empoderamiento

Una de las conclusiones a las que llega el análisis de GlobalWebIndex es el hecho de que el trabajo en remoto favorece la agilidad en el negocio y empodera al trabajador.

A menudo pensamos en las ventajas de trabajar desde casa en términos estructurales, como ahorrar dinero en alquileres de oficina o acceder a un grupo más amplio de demandantes de empleo. Sin embargo, los datos de GWI sugieren que sus ventajas van mucho más allá, ya que tienen una incidencia positiva en la valoración que hacen los trabajadores sobre la empresa:

Además, los trabajadores que cuentan con una amplia flexibilidad para trabajar a distancia son más propensos a mantener una actitud positiva hacia la empresa y su estrategia: el 72% de los teletrabajadores creen que su empresa está preparada para adaptarse rápidamente a los cambios de la industria.

Esta mentalidad ágil también funciona a nivel individual y fomenta la creatividad entre los empleados. Por ejemplo, 7 de cada 10 trabajadores remotos se sienten capacitados para tomar decisiones estratégicas o buscar nuevas oportunidades de negocio, en comparación con el 47% de los que trabajan en una oficina a tiempo completo.

Esto sugiere que las empresas que permiten trabajar desde casa fomentan una cultura de autonomía personal y la resolución de problemas de forma independiente. El entorno del teletrabajo incentiva la confianza de los empleados con la empresa y sobre su propia capacidad para hacer contribuciones que valgan la pena.

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Eso sí, un inconveniente que señala el estudio entre los teletrabajadores es la sensación de desapego con la línea e identidad empresarial: al 63% de estos empleados les gustaría sentirse más alineados con la visión, los valores y los principios operativos de su empresa. Así, para que el trabajo a distancia funcione de la mejor manera posible, la comunicación de la empresa debe reiterar los valores y el rendimiento. Desde el Chartered Management Institute insisten en la importancia de garantizar la coherencia cultural de las compañías durante este período de confinamiento.
Algo que también ayuda a mejorar la implicación empresarial es una comunicación clara y concisa en todos los niveles del negocio. GWI considera que esto fomentará un empoderamiento a todos los niveles.

Los empleados que trabajan a distancia tienen más claridad en sus metas y objetivos

Pese a que la comunicación sigue siendo una de las tareas pendientes a mejorar (a nivel laboral),  los empleados que tiene permiso para trabajar a distancia creen tener una comprensión más clara de sus metas y objetivos personales (81%), así como de qué necesitan para lograrlo con éxito (82%), que los que responden desde una silla de oficina.

GlobalWebIndex señala que cerca de la mitad de los estadounidenses no están seguros de lo que se espera de ellos en el trabajo, y la pandemia solo ha servido para destacar una ausencia de puntos claros y realistas sobre el rendimiento.

Más distancia, mejor comunicación

Antes del brote de coronavirus, aquellas personas que disfrutaban del teletrabajo eran más propensas a alabar su entorno laboral en relación a los que tenían que estar anclados en la oficina: 8 de cada 10 teletrabajadores calificaban la cultura laboral de su empresa como buena o excelente, y cerca del 75% estaban satisfechos con su situación.

Más sorprendentes son las cifras que explican la comunicación y la colaboración entre los que trabajan fuera de la oficina, que incluso tienen una impresión mucho más positiva sobre estos aspectos que aquellos que están en el mismo edificio.

GlobalWebIndex considera que esto se debe a la inversión de las empresas en videoconferencias y herramientas de colaboración: antes del brote, el 62% de los trabajadores remotos usaban herramientas de colaboración como Slack o Microsoft Teams a diario, casi el doble de los que las utilizaban en la oficina (35%). Las empresas rezagadas en la dinámica del teletrabajo ahora se ven obligadas a probar estas soluciones por primera vez.

Los teletrabajadores tienen mayor sensación de colaboración entre compañeros que los que operan desde la oficina

Según señala el informe, Slack registró 7.000 nuevos clientes en un espacio de siete semanas. También el sistema de videoconferencias Zoom ha aumentado su número de usuarios en más de 200 millones entre marzo y abril.

El análisis de GWI sobre los comportamientos laborales durante la pandemia (realizado entre el 8 y el 14 de abril) muestra que el 59% de los trabajadores que actualmente operan desde casa en Estados Unidos y Reino Unido consideran estas herramientas de comunicación ‘esenciales’ para su productividad, mientras que un 27% las consideran ‘útiles’.

El éxito está en el equilibrio

Uno de los mayores temores de las empresas cuando permiten el teletrabajo es la caída de la productividad y el compromiso de los empleados. El principal argumento que exponen los estudios psicológicos radica en el hecho de que, al trasladar la jornada laboral al ámbito privado, los sistemas de responsabilidad comienzan a fallar. Sin esta estructura, la motivación se convierte en la primera víctima del trabajo a distancia.

Sin embargo, desde GlobalWebIndex señalan que la cultura en el lugar de trabajo, la satisfacción laboral y la moral de los empleados (que suele estar más arriba en las empresas con políticas de teletrabajo) son esenciales para la motivación. Esto contradice el mito más extendido que ha acompañado al teletrabajo desde que el desarrollo tecnológico lo ha posibilitado.

 

Trabajar horas extra o tarde son prácticas más habituales entre los trabajadores que no están atados a la oficina: el 59% trabaja horas extra al menos una vez a la semana, y el 55% informa que trabaja más tarde, manteniendo el mismo número de horas.

Por lo tanto, desde la consultora consideran que el teletrabajador dedica más tiempo al trabajo - sin por ello reducir su productividad - lo que puede aumentar la sensación de fatiga, especialmente en aquellos poco habituados a autogestionar su horario, como ocurre ahora con la situación provocada por la pandemia.

Una mala gestión del horario de trabajo aumenta la sensación de fatiga

El límite entre el trabajo y la vida en el hogar a menudo se rompe en ausencia de una oficina física y sin el aspecto ceremonial de salir de ella. Tal y como refleja el estudio, cerca de tres cuartas partes de los teletrabajadores revisan mensajes fuera del horario laboral.

Por ello, es fundamental mantener un equilibrio saludable entre el trabajo y la vida privada. Las empresas deben fomentarlo, así como crear una estructura clara de organización y ayudar a establecer una rutina. Si además estas iniciativas se acompañan de una retroalimentación regular, las empresas podrán tener más conocimiento sobre cómo se sienten sus empleados.

Más de tres cuartas partes de los empleados que se han visto obligados a llevarse la oficina a casa sienten que ha habido una buena apertura a la retroalimentación por parte de su empresa, fomentando el equilibrio trabajo-vida.

Desde GWI inciden en la importancia del binomio entre felicidad y productividad laboral, e invitan a las empresas a reconocer los beneficios del teletrabajo en su cultura general, considerarlo como una forma de maximizar la satisfacción de los empleados y, por ende, mejorar el funcionamiento de la compañía.

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Política win-win

Aunque el teletrabajo era una práctica bastante extendida a nivel mundial, el coronavirus le ha dado la aceleración definitiva. Una oportunidad para que muchas empresas prueben un sistema que tenía sus detractores y que, seguramente, haya desnudado las vergüenzas de las compañías más tradicionales.

Esta situación no significa la muerte del trabajo en la oficina, pero sí ha permitido a muchas empresas valorar una opción al encadenamiento físico que, según demuestran los datos de GloblalWebIndex, no merma la productividad, sino que incrementa el compromiso y la consideración del trabajador hacia la empresa.
Ahora solo queda que cada uno vea sus resultados, asimile el concepto y pase de medida excepcional a una forma ecológica, eficaz y dinámica de alcanzar los objetivos en el ámbito profesional.

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