Unicef pide regular la publicidad de comida basura en Latinoamérica

  • El 37% de los niños entre 5 y 11 años sufre de obesidad
  • La publicidad con caricaturas e imágenes de niños refuerza positivamente el consumo de “comida basura”
  • De los 32 países analizados, sólo 10 cuentan con normas reguladoras

UNICEF insta a los países de Latinoamérica a la regulación de publicidad de alimentos y bebidas no saludables dirigida a los niños. Esta petición se hace tras un análisis, impulsado por UNICEF en colaboración con el INCAP (Instituto de Nutrición de Centro América y Panamá), que apunta que el marketing en redes sociales y televisión influye en los patrones de consumo de alimentos no saludables

UNICEF tiene razones: los estudios afirman que el sobrepeso infantil en Latinoamérica adopta niveles preocupantes. Un 7% de los niños menores de cinco años sufre sobrepeso. Y cuantos más años cumplen, mayores son las cifras: el 19% de los niños entre 5 y 11 años tiene sobrepeso y el 37% sufre de obesidad, mientras que en el intervalo de 12 a 19 años, el 17% tiene sobrepeso y el 26% obesidad. Esto repercute no sólo en su salud, sino en su forma de vida: resta energía y disminuye el rendimiento escolar, aparte de hacerles propensos a enfermedades cardiovasculares.

El análisis de la INCAP, realizado de septiembre a diciembre de 2014, ha analizado el impacto que tiene la publicidad dirigida a los niños, así como las normativas que regulan los mensajes publicitarios y los patrones de consumo en los diferentes países. 

Resultados del estudio

El estudio analizó las normativas para regular la publicidad dirigida al público infantil en 32 países de Latinoamérica. De esos 32 países, sólo 10 cuentan con algún tipo de normativa que limita estas promociones. En Argentina, Costa Rica y México se identificaron 58 páginas web, 83 páginas de Facebook, 32 cuentas de Twitter y 29 canales de YouTube que fueron utilizados para llegar al público infantil. 

Éstas son algunas de las prácticas que más influyen en el patrón de consumo de los niños: 

  • Identificación del target: caricaturas, fotografías y dibujos. En México, el 90% utiliza caricaturas para atraer a los niños. En Costa Rica, el 88% recurre a imágenes de niños, lo que les ayuda a identificarse fácilmente con el producto y en Argentina el 54% utiliza símbolos relacionados con el deporte, la música y la niñez.
  • Presencia del producto en los centros educativos. En los kioscos de las escuelas de los países estudiados, todos cuentan con galletas dulces, saladas y pasteles. Además, el 67% de ellos ofrece refrescos con azúcar, el 50% helados y solamente el 17% zumos naturales. 
  • Presencia de las compañías en los centros educativos. No sólo se consumen productos no saludables en las escuelas. Las empresas de este tipo de alimentos también visitan las escuelas para organizar pruebas de sabor y entrega gratuita de productos. En este sentido, seis de las escuelas estudiadas recibieron una visita de este tipo en los últimos tres años.

Marcelo Ber, especialista en Responsabilidad Social de UNICEF para América Latina y el Caribe, afirma : “Los niños son un poco las víctimas. Tenemos que tratar que esta publicidad no llegue a los niños, sino a los adultos. La obesidad es multicausal, hay que trabajar con los padres para que consuman productos saludables, y reiterar la importancia de la lactancia materna”.

“Los más pequeños son los más vulnerables debido a sus capacidades cognitivas”

En cuanto a por qué hay que proteger a los niños de este tipo de mensajes, la investigadora Paola Letona aclara lo siguiente: "Los más pequeños son los más vulnerables por sus capacidades cognitivas y tenemos que protegerlos del mercadeo directo. Entregar obsequios de alguna manera desarrolla fidelidad a la marca y si ven a un deportista o personaje con una gaseosa consideran que esa persona también la consume”.

Por su parte, UNICEF intentará proteger a los niños de este tipo de mensajes, porque el aumento de la obesidad a edades tempranas es un problema y una realidad social. "Lo que pedimos es una normativa más amplia que llegue a todos los medios y a las empresas pedimos más compromiso de autorregulación. Además, la sociedad civil debe intervenir y supervisar el cumplimiento”, declara Ber.

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