El 60% de los progenitores creen que la formación online reduce la calidad de la educación

  • Un estudio de ING apunta a que el 59% de padres y madres piensan que esta modalidad no es buena para sus hijos
  • Ante las clases online, el 37% podrían repartir responsabilidades con sus parejas y continuar trabajando
Estudio ING COVID-19 Tracker by IPSOS sobre formación online

El año 2020 ha resultado ser muy atípico para la educación. Millones de estudiantes a lo largo del planeta se han visto obligados a interrumpir sus rutinas escolares e improvisar pupitres en los salones o dormitorios de sus hogares para poder terminar el curso. Y 2021 tampoco parece que vaya a ser fácil.

Muchas familias se encuentran preocupadas por la modalidad en la que los alumnos asistirán a clase durante el próximo curso y el impacto que ésta pueda tener en la calidad de la formación recibida. A este respecto, seis de cada diez padres y madres consideran que el formato online reduce dicha calidad y que su efectividad empeora en edades más tempranas. Además, casi el 70% consideran que no es apta para todas las materias y que debería combinarse la opción online con la presencial.

Esto es lo que se desprende del estudio "ING COVID-19 Tracker by IPSOS", elaborado por el banco ING sobre el impacto del coronavirus en distintos aspectos de la vida de los españoles. Entre otros hallazgos, la investigación señala que el 59% de los progenitores piensan que esta modalidad no es buena para sus hijos porque reduce las posibilidades de socializar e interactuar; y al 54% les preocupa que pasen demasiado tiempo delante de una pantalla.

En general, la formación online impartida durante los meses de confinamiento no obtiene buenos niveles de satisfacción entre padres y madres de alumnos. La solidez de la infraestructura digital o la capacitación de los maestros son las principales razones. Así, solo el 34,9% creen que la educación en remoto funciona bien en España, mientras casi la mitad (49,5%) de los padres y madres consideran que las escuelas van atrasadas en formación online.

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En lo que respecta al regreso a las aulas, el 68% de los progenitores confían en que la reapertura de los colegios sea con horario estándar y a tiempo completo. Concretamente, cuatro de cada diez creen que el nuevo curso se desarrollará en modalidad presencial, mientras que el 30% piensan que tendrá lugar combinando ambas opciones.

El impacto en la conciliación

El inicio de un nuevo curso escolar afecta directamente al regreso a la oficina y la conciliación de padres y madres. A pesar de que se ha impulsado el teletrabajo durante los últimos meses, únicamente un 10% de los encuestados declaran tener un trabajo remoto, si bien el 18% esperan poder trabajar desde casa al 100% hasta finales de año. Por el contrario, el 49% de los padres y madres lo harán de forma presencial en los próximos meses, y uno de cada cinco proyectan que trabajarán en una modalidad mixta, combinando presencial y remoto.

Ante un posible escenario con clases online, se percibe cierto impacto social y económico en la vida doméstica de las familias. Así, el 31% aseguran que la flexibilidad de sus horarios les permitiría adaptarse con facilidad, mientras que el 37% podrían repartir responsabilidades con sus parejas y continuar trabajando. Sin embargo, uno de cada cuatro necesitaría ayuda de familiares para atender a sus hijos, frente al 10% que aseguran que esta modalidad formativa podría suponer una pérdida de empleo o la reducción de jornada.

El impacto del coronavirus en las finanzas del día a día ha provocado también un incremento de la preocupación por la educación financiera y digital, con cerca de la mitad de los padres y madres encuestados (47%) declarando que el próximo año escolar los colegios deberían enseñar más conocimientos financieros.

Más info.: ING COVID-19 Tracker by IPSOS

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