La industria del entretenimiento se opone a la propuesta de la Unión Europea para prohibir el geobloqueo audiovisual

  • El Parlamento Europeo contempla incluir el contenido audiovisual en las normas sobre geobloqueo
  • Los agentes consideran que la medida pondría en peligro la sostenibilidad creativa y económica del sector
Cámara grabando una escena

Más de 600 agentes de la industria del entretenimiento se han unido en la firma de una carta abierta con la que instan conjuntamente al Parlamento Europeo a apostar por la cultura y manifiestan su oposición a la posible inclusión de los servicios audiovisuales en el ámbito de la regulación del bloqueo geográfico de la Unión Europea. 

Y es que los eurodiputados votan esta semana sobre la reevaluación las normas comunitarias sobre geobloqueo a la luz de la transformación digital y el aumento del comercio electrónico. Se espera que soliciten a la Comisión Europea la eliminación de las barreras existentes y la revisión del marco actual para 2025 de cara a incluir a los servicios audiovisuales. 

La medida buscaría ampliar la disponibilidad de contenidos audiovisuales a través de las fronteras

El texto propuesto contempla una ampliación gradual del acceso y la disponibilidad de contenidos audiovisuales a través de las fronteras, así como la adaptación del sector “garantizando que se preserve la diversidad cultural y la calidad del contenido”. El objetivo de todo ello sería avanzar en la consecución de un mercado europeo interno sin fronteras también en el ecosistema digital. 

Sin embargo, los agentes del sector del entretenimiento consideran que el movimiento pone en peligro la cultura y la preservación de la diversidad cultural y lingüística de Europa. “Una prohibición del uso de tecnología de bloqueo geográfico para apoyar la exclusividad territorial de los contenidos y servicios cinematográficos y audiovisuales pondría en grave peligro la sostenibilidad creativa y económica del sector cinematográfico y audiovisual en Europa”, explican en la misiva y el comunicado recogidos por la Union Internationale des Cinémas/International Union of Cinemas (UNIC).

Señalan que la prohibición del bloqueo geográfico se traduciría en una caída en el número y variedad de películas y contenidos audiovisuales producidos, con una menor variedad de idiomas, así como en una reducción drástica de la distribución y la circulación en toda la Unión Europea. Esto, aseguran, tendría un impacto directo y negativo en el bienestar del consumidor, que vería menguada de manera significativa las opciones de contenido, distribución y acceso, y experimentaría un incremento de los precios.

Seguramente éste no puede ser el resultado deseado. Por lo tanto, les instamos a votar a favor de las enmiendas del Pleno que garantizan la exclusión continua de los servicios audiovisuales del Reglamento de bloqueo geográfico”, señalan en la carta, aludiendo a los eurodiputados. “Todo el sector cinematográfico, cinematográfico y audiovisual de Europa cuenta con usted para garantizar que el Parlamento Europeo no ponga en peligro un sector de 47.000 millones de euros compuesto en gran medida por pymes y creadores individuales, que suman más de 2 millones de puestos de trabajo en la Unión Europea”.

En el momento de publicar esta noticia el texto está rubricado por 619 agentes de la industria audiovisual. Entre ellos se encuentran grandes estudios cinematográficos, como Universal, Paramount o Warner Bros; exhibidoras, como Cinesa, Kinépolis o Mk2; cadenas de televisión y emisoras de radio, como RTL, Sky o TF1; entidades deportivas, como UEFA, LaLiga o Premier League; productoras audiovisuales; festivales y asociaciones, como la SGAE, UTECA o la Federación Europea de Guionistas.

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Del marketing de producto a la cultura popular

La Unión Europea prohibió el bloqueo geográfico para la mayoría de los servicios online en 2018, bajo la idea de que erigir barreras al comercio transfronterizo violaba el principio de la Unión Europea acerca de un mercado único digital. Inicialmente los contenidos audiovisuales quedaron excluidos de dicha prohibición, lo que ha dado lugar, entre otras cosas, que los catálogos de  grandes servicios de streaming como Netflix difieran según el país, o que la plataforma iPlayer, de BBC, no sea accesibles fuera de sus fronteras.

El geobloqueo se emplea para restringir el acceso a contenidos de internet basándose en la localización del usuario. Y las empresas de entretenimiento han afirmado que esta tecnología y la exclusividad territorial resultan fundamentales para sus modelos de negocio y que deshacerse de ellas pondría en peligro la sostenibilidad creativa y económica del cine y la televisión en Europa.

Los agentes de la industria consideran, además, que eliminar la geolocalización incrementaría la presión comercial para crear productos que apelen a una audiencia más amplia y centrados en conquistar los gustos del espectador europeo medio, lo que daría lugar a productos audiovisuales homogéneas que buscan el mínimo común denominador.

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