A finales del pasado mes de abril Elon Musk, CEO de Tesla, anunció oficialmente el acuerdo de compra de Twitter por 44.000 millones de dólares. Después de mese de conversaciones, de estudios e informes sobre el nivel de spam en la red de microblogging, de pausas e interrupciones en el proceso e, incluso, demandas por parte de la plataforma al empresario, parece que el multimillonario procederá finalmente a la adquisición de la compañía al precio de 54,20 dólares la acción. 

En una carta enviada a la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos (SEC), el equipo legal de Musk ha asegurado que "procederá al cierre de la transacción" en los términos que se negociaron con Twitter en abril, siempre que se suspenda la demanda que la plataforma presentó contra él ante los tribunales de Delaware con la intención de obligarlo a cerrar el trato. El juicio para ello está fijado el próximo 17 de octubre. 

En esta línea, Elon Musk ha publicado mensajes a través de la red social de los cuales se infiere que permanece interesado en la transacción, pese a la polémica en relación al número de cuentas falsas y bots presentes en Twitter. “Comprar Twitter es un acelerador para la creación de X, la app para todo”, ha comentado el multimillonario, añadiendo que la operación aceleraría el proceso del nuevo proyecto de Musk entre tres y cinco años. 

En este sentido, de respetarse el acuerdo inicial, el caso podría quedar solventado antes de celebrarse el juicio y antes de que Musk o los responsables de Twitter declarasen ante el juez. Esta resolución, para muchos previsible, pondría fin a meses de disputas que han impactado negativamente en la marca de Twitter y que han continuado alimentando la reputación de comportamiento errático del empresario. 

Estas declaraciones recientes de Elon Musk tomarían el testigo de las realizadas  en junio ante los empleados de Twitter, cuando sugirió la transformación de la red de microbloggin en una “super app” con espacio para múltiples funciones, al estilo de la china WeChat, propiedad de Tencent. Esta aplicación ha pasado de tratarse de un servicio de mensajería instantánea a permitir llamadas online, sostener procedimientos de pago o gestión de documentación, y servir como red social. 

Elon Musk no ha aportado detalles de su visión de Twitter como una súper aplicación, pero anteriormente ha expresado en distintas ocasiones su admiración por la plataforma china. Así, de cara a construir X, el empresario podría llegar a apostar por incluir funcionalidades de pago a través de Twitter, así como servicios vinculados a la reserva de experiencias o viajes, o potenciar la plataforma como portal de noticias y entretenimiento. Todo ello para asemejarse al modelo de WeChat, que podría definirse como la combinación, en un único espacio digital, de Facebook, Twitter, Uber, Instagram y Substack.

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Esto podría llegar a materializar la visión que Elon Musk tenía para X.com, un banco online que puso en marcha en 1999 y que se fusionó con PayPal en el año 2000. Cuando eBay Inc. adquirió PayPal, Musk recibió millones en ganancias que canalizó hacia Tesla y SpaceX, pero en 2017 volvió a adquirir el dominio X.com, por una tarifa que no ha sido revelada.

Actualmente, dicho dominio tan solo muestra la letra X sobre un fondo blanco, pero podría albergar el sitio web de X Holdings, la sociedad creada el pasado abril al darse a conocer el acuerdo de compra de Twitter y que, presumiblemente, pasaría a gestionar la red social así como otros negocios de Musk una vez que se completara la adquisición.