Un reportaje de Anónimo

2015, el año del Crowdfunding

Imagen: Flickr.

Pedir un préstamo, una subvención o recurrir a familiares o amigos son las opciones que se barajan desde hace tiempo para financiar una idea o proyecto. A todas estas opciones ahora sumamos la financiación colectiva o el micromecenazgo, más conocido como crowdfunding.

¿Qué es y cómo nació el crowdfunding?

El origen del término crowdfunding es anglosajón. Viene de “crowd”, multitud, y de “funding”, financiación. De lo que se puede deducir que se trata de un nuevo modelo económico de financiación colectiva.

Se caracteriza principalmente por la cooperación de personas que forman una red para conseguir dinero y financiar iniciativas de otras personas u organizaciones. En sus inicios estaba pensado para proyectos solidarios y culturales; actualmente no hay límites al respecto.

En definitiva, el crowdfunding se basa en personas con dinero que confían en personas con ideas para sacar un proyecto adelante.

Existen diferentes tipos de crowdfunding y se diferencian principalmente por los objetivos y las prestaciones de cada uno.

  • Recompensas: Se espera obtener algún beneficio en forma de regalo, participaciones o suscripciones.
  • Donaciones: No se espera nada a cambio, es un acto totalmente altruista.
  • Inversiones o Equity Crowdfunding: Invertir a cambio de acciones en el proyecto.
  • Préstamos o Crowdlending: Se espera algo a cambio además de un interés por el micropréstamo concedido.

Según Daniel Oliver, Presidente de la Asociación Española de Crowdfunding, la donación es una parte del crowdfunding muy pequeña. “La gente tiene ganas de poner su dinero en proyectos interesantes. Además de que el crowdfunding les permite tener control sobre lo que se hace con sus ahorros”, asegura.
 

La historia del crowdfunding

Podríamos decir que el  crowdfunding se remonta a la primera vez en la que un grupo de individuos junta su capital para lograr un objetivo común. Sin embargo la fecha exacta en la que apareció el primer atisbo de crowdfunding no está muy clara. Algunas fuentes fechan 2003 en EEUU el inicio de este nuevo modelo de financiación; otros dicen que en España nació en 2010 como fórmula alternativa para muchos emprendedores ante la imposibilidad de acceder a un crédito bancario.

El micromecenazgo remonta sus orígenes a 1883. Joseph Pulitzer utilizó su medio de comunicación, The World,  para extender una invitación de participación a la comunidad con el fin de terminar de construir el pedestal que sostendría la Estatua de la Libertad en Nueva York. A cambio, ofrecía una réplica del monumento por aportaciones mayores a un dólar. En 5 meses se reunieron los 100.000 dólares necesarios. Pero lo más destacado de esta curiosa anécdota es que la mayor parte de las donaciones, unas 160.000 aproximadamente, procedieron de gente humilde que aportó a la causa menos de un dólar. Un hecho que manifestó el carácter colaborativo de esta vía de financiación.

 

Pero la historia reciente del crowdfunding se escribe a ritmo de rock.

Extremoduro vendió vales de 1.000 pesetas para grabar su primera maqueta

En 1989 el grupo de música español Extremoduro vendió vales de 1.000 pesetas (6 euros) para financiar la grabación de su primera maqueta “Rock Transgresivo”. La promesa de recompensa era doble: recibir el disco una vez publicado y, además, aparecer en los agradecimientos. Lograron reunir 250.000 de las antiguas pesetas (1.500 euros).

 


Otro hito destacado como inicio del crowdfunding lo encontramos en la banda británica Marillion. En 1997 crearon una página web donde vendían sus entradas para una gira que querían dar por EEUU. La banda no contaba con los recursos necesarios para poder montar el tour y acudió a sus fans mediante una campaña de crowdfunding con la que consiguieron recaudar 60.000 dólares. La gira fue un éxito.  

En el año 2000, inspirados por la ayuda social para financiar las ideas de otras personas, se creó la empresa ArtistShare, la primera plataforma dedicada al crowdfunding.

Ya en 2005 nació la plataforma de microcréditos y préstamos Peer-to-peer (P2P) Kiva, una organización sin ánimo de lucro que se lanzó como la primera plataforma que permitía a los empresarios prestar dinero al desarrollo de áreas en todo el mundo. A Kiva le seguirían otras como Prosper.com (2006), LendingClub.com (2007) y la por todos conocida Kickstarter (2009).

En 2008 la influencia del crowdfunding llega a la política. Hilary Clinton y Barack Obama se enfrentaron durante las elecciones primarias del partido demócrata de EEUU. Hilary contaba con el apoyo de grandes nombres de la industria y familias adineradas. Por otro lado, Obama sumó a su estrategia de promoción una campaña de crowdfunding que le permitió capitalizar muchas pequeñas cantidades y consiguió vencer a Hilary en una de las contiendas políticas más recordadas de la historia actual.

Las plataformas online

Las referencias al término “crowdfunding” son realmente escasas hasta 2009, que es cuando podríamos decir que el fenómeno del micromecenazgo despierta. 2009 fue un año crucial para la consolidación del crowdfunding. Ese año nació Kickstarter, la primera plataforma a nivel mundial para este fin que junto con RocketHub e IndieGoGo fomentó el crowdfunding en EEUU.

Kickstarter, fundada por tres estadounidenses, Perry Chen, Yancey Strickler y Charles Adler, nació con vocación de servir de escaparate para el talento. El ingenio, la creatividad y la novedad de los proyectos, se convertían en la esencia de esta plataforma.

Según los datos de Kickstarter, en 2014 consiguió recaudar 529 millones de dólares y financió 22.252 proyectos. Por sectores, los que más destacan son los musicales, seguidos de películas y vídeos mientras que el periodismo cierra la lista.

Sin embargo, los proyectos que más dinero han recaudado en Kickstarter son los tecnológicos, en segundo lugar los relacionados con el diseño y a continuación otras subcategorías culturales.


Para los amantes del dato:

Aunque esta plataforma no ha llegado a la península hasta el pasado mes de mayo, ya existían promotores españoles que tienen domicilios en el extranjero y estaban registrados. De hecho, 19.889 personas españolas contribuyeron con un valor total de 3.249.000 dólares en Kickstarter en 2014.

Cada plataforma tiene sus propias reglas pero por lo general funcionan con el sistema de todo o nada: si no se consigue el 100% de lo que se pide, el dinero recaudado es devuelto a los participantes. Normalmente cuando se consigue la recaudación íntegra, la plataforma se lleva un 5% del total.  

La popularización y el éxito del Crowfunding

La financiación colectiva ha encontrado su mejor aliado en Internet y sobre todo en las redes sociales.
Si analizamos las búsquedas en Internet, veremos que el término “crowdfunding” se ha buscado de forma creciente desde 2010, hasta llegar a ser una de las palabras más buscadas en 2014. .

 

El Crowdfunding hoy en día se ha posicionado como la alternativa de financiación que permite al consumidor determinar qué producto se introduce en el mercado. Es decir, se ha instalado en la sociedad la “democratización del capital” y  la “cultura colaborativa”. En España, durante los años 2012, 2013 y 2014 esta democratización del capital ha financiado proyectos por valor de 101 millones de euros. Concretamente sólo en 2014 se alcanzó la cifra de 62 millones de euros.

Más de dos millones de españoles ya hacen crowdfunding

Los sociólogos de Two Much, en el estudio “El Crowdfunding y los españoles: una historia de cambio social”, han confirmado que más de dos millones de españoles ya hacen crowdfunding. Datos que avalan la adopción del término en nuestra cultura.

En España la acción más sonada de Crowdfunding tuvo lugar a primeros de año, cuando un periódico de nueva creación, El Español, con Pedro J. Ramírez al frente, consiguió batir el récord de crowdfunding en España y en sólo dos meses recaudaron 3.606.000 euros.

Otro de los proyectos más memorables en la historia del micromecenazgo es el de Pebble, el E-Paper Watch para iPhone y Android con más de 10 millones de dólares recaudados.
Para la fabricación de 1.000 unidades sus creadores pedían 100.000 dólares pero, de forma totalmente inesperada, se encontraron con 10 millones de dólares y el encargo de más de 85.000 pedidos. Récord que logró batir el año pasado una nevera portátil.

Aunque estas cifras no son comparables con el récord mundial actual que acaba de batir en junio Wang Jianlin, el hombre más rico de china. El Grupo Wanda, su conglomerado empresarial, ha conseguido recaudar en sólo tres días 720 millones de euros para construir un megacomplejo inmobiliario. La campaña de captación de fondos a través de internet impulsada por el propietario del Edificio España de Madrid y del 20% del Atlético de Madrid, se ha convertido en el mayor proyecto de micromecenazgo hasta la fecha.

“Si los chinos se ponen de acuerdo, consiguen el récord que quieran” ha comentado al respecto, Daniel Oliver, Presidente de la Asociación Española de Crowdfunding. El empresario chino ha conseguido multiplicar por 10 los más de 70 millones de euros recaudados por el videojuego "Star Citizen", el proyecto a nivel mundial que mayor cantidad de dinero había conseguido gracias al crowdfunding.

Un fenómeno que según José Luis Zimmermann, director general de Adigital, es imparable. “El crowdfunding, es un instrumento extraordinario para obtener financiación, promover un producto o servicio y al mismo tiempo una opción sencilla, transparente y muy eficiente para los particulares a la hora de vincularse a proyectos y obtener un rendimiento (si se da el caso) de sus inversiones”, ha comentado al respecto.


La Legislación actual del crowdfunding

La legislación que regula el crowdfunding ha estado siempre rodeada de controversia. De hecho, el primer anteproyecto de ley presentado en febrero del año pasado no contentó a ningún actor principal del sector; ni a empresas, ni a inversores, ni a las plataformas intermediarias.

Sin embargo, tras las negociaciones entre Gobierno y colectivo, la Ley de Fomento de la Financiación Empresarial que regulará el crowdfunding ya está en vigor y, más o menos, con el sector más contento. Aunque para Daniel Oliver, Presidente de la Asociación Española de Crowdfunding, la normativa es muy restrictiva. “La Ley ha nacido anticuada, puesto que ya existen proyectos como El Español, que han superado esa cantidad. Si esto lo ha conseguido un periódico, entendemos que proyectos relacionados con startups pueden recaudar mucho más”.

Además ha añadido que “sólo le han reservado un rinconcito en la economía española y no han sabido calibrar bien cuál es el potencial que tiene actualmente el crowdfunding”.

El pasado mes de abril España situó al crowdfunding dentro de un marco legal visible que otorga un amparo jurídico a la financiación de empresas de manera colectiva. El Congreso aprobó la Ley de Fomento de Financiación Empresarial, una normativa que regula, por primera vez en España, las nuevas formas de financiación a través de las denominadas plataformas de financiación participativa. Pero solamente aplica para el equity crowdfunding y para el crowfdunding basado en préstamos. El texto de esta nueva ley, además, ha introducido algunas novedades.

  • Inversores

La ley antes no distinguía entre inversores, pero ahora ha creado dos figuras de inversión: el inversor acreditado y el no acreditado, cuyos límites de inversión son distintos.

Los acreditados serán los inversores institucionales, las empresas o fondos con activos por valor de un millón de euros, negocio por valor de dos millones o unos recursos propios de 300.000 euros. También están incluidas las personas físicas con unas rentas anuales superiores a los 50.000 euros o un patrimonio de más de 100.000 euros.

Los inversores no acreditados son los que no cumplen estas condiciones. Estos tendrán un límite de inversión. No podrán depositar más de 3.000 euros por empresa ni más de 10.000 euros por año y plataforma. En el anteproyecto, el límite por año y plataforma era de 6.000 euros.

Los acreditados, por su parte, no tendrán límite de inversión. Una novedad que supone otorgar de mayor libertad a los actuales business angels, cuyas cantidades suelen ser más altas que lo que establecía el anterior código regulador.

  • Proyectos

La cantidad máxima que podrán captar los proyectos que estén dirigidos únicamente a inversores profesionales o cualificados será de 5 millones de euros. Para el resto de las ideas, estás cantidades no excederán los 2 millones de euros por plataforma. El límite de recaudación anterior se establecía en un millón de euros.

Asimismo, en ambos casos no podrán superar el 125% de la financiación que hayan solicitado. Además, el capital social mínimo para conformar una plataforma de crowdfunding habrá de ser superior a 60.000 euros y el proyecto deberá disponer de un seguro de responsabilidad social con una cobertura mínima de 300.000 euros por reclamación de daños y un total de 400.000 euros anuales para atender todas las posibles reclamaciones.

  • Plataformas de crowdfunding

La supervisión, inspección y sanción de los proyectos estará  ahora en manos de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). En el caso de las plataformas de crowdlending, al tratarse de entidades de crédito, estarán sometidas al control y la regulación del Banco de España.

Las plataformas tendrán hasta octubre para formalizar su alta  y deberán estar un año inactivas para perder su autorización reguladora.

Aunque se han ampliado los límites respecto al anteproyecto de Ley, “los límites a la inversión tanto de particulares como de inversores acreditados nos siguen pareciendo demasiado bajos. El argumento de que se protege al inversor cualificado planteando ciertos límites nos parece excesivamente garantista e innecesario, es obvio que aún hay mucho temor de ciertos sectores hacia la actividad de la financiación empresarial”, ha objetado José Luis Zimmermann, Director General de Adigital.

Asimismo, Rubén Gutiérrez, Project Manager de Ulele, ha aclarado que estas limitaciones se han hecho con la idea de proteger al inversor frente a una mala gestión de capital y la posibilidad de arruinarse invirtiendo en empresas. “Es una ley extremadamente paternalista e invito a reflexionar sobre por qué no hay límites en los bingos, casinos, juegos de azar…”, ha afirmado.

Casos de éxito y fracaso de Crowdfunding en España

El crowdfunding no es la fórmula mágica que va a hacer que tu proyecto se convierta inmediatamente en realidad,. Siempre hay éxitos y aún más, fracasos;en España sólo un 30% consigue su propósito.
Este modelo, como ya he indicado, es un método de financiación democrática. Por lo tanto, es la comunidad la que decide si es relevante o no el apoyo a determinadas ideas. Para ello hay que seguir unas pautas y estrategias que hagan que la gente invierta tiempo y dinero en ti. Enamorar a la audiencia y enseñarle el beneficio de tu proyecto son algunos de los consejos básicos para que tu campaña de crowdfunding tenga éxito.

A continuación, aquí tienes campañas españolas que han sido exitosas y otras que han tenido menos suerte a la hora de ser financiadas vía crowdfunding.

Para celebrar el 25 aniversario del juego de mesa Heroquest, una empresa española quiso lanzar una edición homenaje añadiendo nuevos elementos y piezas respecto al original, inspirándose en el mítico juego de rol. Se necesitaban 58.000 euros y consiguieron recaudar, a través de Lánzanos, 680.037 euros. De hecho, hasta la nueva marca alcanzada por el periódico El Español en febrero de 2015, este proyecto ostentaba el récord en España en campañas de crowdfunding.  

Otro de los triunfos del crowdfunding español fue para Nicolás Alcalá, que se convirtió en un pionero del crowdfunding en España. Su proyecto, la película “El Cosmonauta”, fue el primero en financiarse mediante crowdfunding. Logró 400.000 euros gracias a la ayuda de más de 5.000 personas e instituciones de todo tipo.

Isona Passola también se sitúa en el ranking de proyectos con más apoyo en crowdfunding. L'Endemá alcanzó la cifra de 348.830 euros en la plataforma de Verkami. Lo que se propuso hacer la cineasta catalana fue un documental sobre el espíritu independentista en Cataluña y que consiguió gracias a recaudar más del doble del dinero que pedía a sus mecenas.

Entre las derrotas más sonadas en campañas de crowdfunding aparece el nombre de Pablo Iglesias, por su iniciativa destinada a conseguir financiación para elaborar sondeos electorales propios de cara a las autonómicas para que no estuvieran modificados por ninguna "cocina", en alusión a los del CIS, Centro de Investigaciones Sociológicas. Sólo consiguió colectar 20.000 euros de los 50.000 pretendidos al lanzarse la campaña.

La financiación de la gira de despedida de Fernando Esteso también fue un fracaso. El actor recurrió al crowdfunding para llevar a acabo entre 35 y 50 actuaciones en España pero no logró alcanzar ni 700 euros para poder recorrer los teatros españoles. Pedía 46.000 euros a cambio de un autógrafo por cada 5 euros invertidos.

Adrián Rodríguez, Soraya Arnelas o Pedro Reyes también son rostros conocidos a los que no les fue nada bien en los proyectos que quisieron conseguir mediante crowdfunding.

Por lo visto, ser famoso no implica tener éxtito en crowdfunding.

Aún así, que un proyecto no consiga recaudar la cantidad que necesitaba no quiere decir que la idea previa no sea válida.  Desde Ulule, Rubén Gutiérrez nos ha contado cómo gracias a proyectos que fracasaron, se consiguió un final feliz. Por ejemplo el de Óscar, llamado "365 formas de pedir trabajo", un libro que denunciaba la precariedad laboral del sector de la comunicación y la publicidad.

La campaña no llegó a recaudar lo que necesitaba pero gracias al crowdfunding una editorial le conoció y han publicado el libro, y Óscar ha conseguido trabajo. “Es importante no cegarse con los números”.

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