Recurrir al Neuromarketing ayuda a vender un 23% más

  • Cualquier atributo de una marca se puede someter al análisis del neuromarketing
  • La atención es una de las funciones cerebrales que más deben valorar las marcas
neuromarketing

Uno de los grandes retos de las marcas es comprender a un consumidor que no siempre dice lo que piensa, ni hace lo que dice y le cuesta articular en palabras lo que siente. Y además este consumidor está sumido en la llamada “era de la distracción”, recibiendo constantemente información desde distintos dispositivos. De ahí la importancia de analizar las emociones de los consumidores para saber cómo captar su atención.

Para ello se suele recurrir a la Neurociencia. Y es que un producto bien comunicado que toca la fibra sensible del consumidor puede vender hasta un 23% más que uno convencional que no llega a emocionar, según datos que nos llegan de Nielsen.

El Neuromarketing puede captar y las reacciones emocionales de los consumidores

De este modo, el Neuromarketing puede captar y analizar las reacciones emocionales de los consumidores ante los distintos impactos que recibe, desde un anuncio en televisión a una página web, pasando por el clásico catálogo de productos.

¿Qué podemos aprovechar del cerebro del consumidor?

La Neurociencia recoge datos de la actividad cerebral del consumidor, pero hay determinadas funciones cerebrales que son más útiles a las marcas en la toma de decisiones. Son la atención que el consumidor presta al estímulo, el esfuerzo que hace para memorizarlo y la vinculación emocional con el mismo, es decir, si le toca la “fibra sensible”.

Una vez se obtienen los datos de estos tres campos, los expertos traducen en una sencilla escala de 1 a 10 los resultados obtenidos, siendo 1 la menor actividad generada por el cerebro y 10 la máxima. De esta manera, las marcas obtienen de forma simple los resultados para evaluar si sus comunicaciones son realmente efectivas y en qué tienen que mejorar.

La marca puede así conocer a qué ideas o atributos se la asocia:

  • El envase, que es el primer encuentro entre producto y consumidor y hay que convertirlo en flechazo
  • El producto, que debe como mínimo igualar las expectativas que genera la marca
  • La experiencia de compra, que es el punto de encuentro físico entre marca y comprador
  • La publicidad, que es el mensaje que expresa la esencia de la marca y el producto

Según el director de Medición y Análisis de Medios de Nielsen Iberia, Francisco Bernabé, “con la Neurociencia aplicada al marketing las compañías pueden saber dónde tienen que mejorar. Es esencial conocer al consumidor desde su subconsciente, porque es ahí donde toma la gran mayoría de sus decisiones de compra”.

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