Mandemos al hombre sentado en el sofá al Museo Arqueológico Nacional

  • “El hombre sentado en el sofá” es una escultura hiperrealista que representa el estereotipo del hombre que no colabora en casa
  • Las mujeres aún dedican más tiempo que los hombres a las tareas invisibles en casa
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El hombre que no participa en las tareas del hogar es cosa del pasado. Eso es lo que quiere transmitir Kaiku Sin Lactosa, que junto con la Asociación Yo No Renuncio, del Club de Malasmadres, quiere enviar este estereotipo al Museo Arqueológico Nacional.

El hombre que no colabora es una especie en vías de extinción

Para transmitir esta idea han creado “El hombre sentado en el sofá”, una escultura hiperrealista que representa la lucha por la corresponsabilidad en los hogares. De este modo se quiere transmitir que el estereotipo del hombre que no participa en las tareas del hogar es una especie en vías de extinción.

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El objetivo final de la acción es enviar esta escultura de “El hombre sentado en el sofá” al Museo Arqueológico Nacional, y para ello se ha habilitado una recogida de firmas en la plataforma change.org.

¿Es equitativo el reparto de las labores del hogar?

El estudio Somos Equipo, realizado a más de 24.000 españoles, arroja datos sobre el verdadero estado del reparto de las tareas del hogar. Entre los principales datos se encuentra que el 30% de los hombres afirma encargarse de tareas como cocinar, el 28% de hacer la compra, y el 24% se ocupa del baño de sus hijos.

La falta de implicación en las labores del hogar responde a una tradición cultural

Los datos acerca de la corresponsabilidad son alentadores, y demuestran que la falta de implicación actual responde a la tradición cultural. Según el INE, ellos ya invierten alrededor de 60 minutos diarios en actividades culinarias o en el mantenimiento del hogar. Ese hombre que no participa en las labores del hogar está desapareciendo.

Laura Baena, Fundadora del Club de Malasmadres y Presidenta de la Asociación Yo No Renuncio por la Conciliación, ha explicado que “necesitamos más hombres referentes, que se impliquen y trabajen para “hacer equipo” con sus parejas en el hogar. Este cambio social tendría consecuencias positivas no sólo para la familia, sino también para el ámbito laboral y social, trabajando en pro de una igualdad real".

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Tareas visibles y tareas invisibles

Uno de los datos más representativos del estudio es la división de tareas en dos tipos: tareas visibles y tareas invisibles.

La tareas visibles son las que tienen más reconocimiento social

Las visibles son aquellas que tienen mayor reconocimiento como hacer la compra, cocinar o bañar a los niños. En este tipo de tareas los porcentajes de responsabilidad entre hombres y mujeres se equiparan levemente: alrededor del 40% de las mujeres conviven con hombres que participan en las tareas domésticas.

Las tareas invisibles son aquellas que residen en la sombra y no obtienen el mismo reconocimiento social. Son aquellas que difícilmente tienen un comienzo y final, y se suelen hacer simultáneamente con otras actividades. Por ejemplo, estar pendientes de los requerimientos del colegio o todas esas tareas como disfraces, deberes o excursiones. El estudio revela que aún el 54% de las mujeres se dedica a las acciones con menos visibilidad.

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