Snapchat, la app de fotos que arrasa

Pinterest, Instagram o incluso Twitter. Parece imposible que alguien pueda hacerse hueco entre los colosos de las apps para compartir fotos. Pues, contra todo pronóstico, hay una que lo ha conseguido. 

La cosa empezó a cobrar importancia a mediados del año pasado. Por entonces, varios millones de personas ya compartían sus fotos a través de Snapchat. Recaudaron millones de dólares de inversores y los usuarios se multiplicaban sin parar. Ahora ya se mandan unas 150 millones de fotos al día. Impresionante, ¿no?

 

Evan Spiegel y Bobby Murphy eran un par de chavales de 20 años. Se les ocurrió que quizás podrían ganar algo de dinero cogiendo una idea que ya estaba teniendo mucho éxito y cambiando alguna cosilla. Y el resultado fue Snapchat

 

El funcionamiento es muy sencillo. La app permite enviar fotos a nuestros contactos, y además podemos escribir algo en la parte de arriba de la foto. Hasta aquí todo normal. 

 

 

 

 

 

Ahora bien... ¿Os acordáis de el famoso vídeo de Olvido Hormigos? ¿ Y las fotos de Scarlett Johansson que le alegraron la vista a más de uno hace unos meses? Pues ahí es donde los dos amigos quisieron poner su granito de arena. 

 

Cuando compartimos una foto con Snapchat, el receptor solo puede ver esa foto durante unos segundos, antes de que el programa la elimine por completo. De hecho, ni siquiera el propio emisor la puede recuperar.

 

 

 

 

Con un crecimiento tan brutal, no hizo falta mucho tiempo para que Mark Zuckerberg se dejara ver por las oficinas de Spiegel y Murphy. A finales del año pasado recibieron la visita del creador de Facebook. Tres meses después, la famosísima red social lanzó ‘Poke’, una aplicación que comparte alguna que otra ‘inquietante similitud’ con Snapchat. Pero bueno, seguro que solo ha sido una mera coincidencia...

 

 

TODO TIENE UN PRECIO

 

Los dos creadores de esta app han sido demandados recientemente por un estudiante de Stanford, que reclama ser co-fundador de la empresa. Todavía no se sabe en qué acabará la cosa.

 

La empresa no está triunfando mucho entre el público de más de 30 años, pero desde Snapchat aseguran que con la inmensa plataforma que supone el público juvenil, tienen más que suficiente para mantener la compañía a flote. 

 

Por otra parte, con mensajes que se borran pasados unos instantes, os podéis imaginar la que están liando las hormonas de los adolescentes. Las fotos subidas de tono están a la orden del día. ¡Buena jugada, Snapchat!

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