El caso de Cristalerías Chamberí

  • La queja de un colchonero genera toda una campaña de promoción para Cristalerías Chamberí
  • Una vez más queda patente el ingenio y la creatividad de los tuiteros
que

Cristalerías Chamberí, una tienda de barrio ubicada en la Calle de la Santísima Trinidad de Madrid, ha recibido una campaña de promoción gratuita gracias al ímpetu de las redes sociales y de los internautas españoles.

Todo comenzaba cuando @JuanesPREMIER, colchonero de corazón, lanzaba los siguientes tuits:

Su enfado se propagaba rápidamente como la pólvora: Trending Topic mundial para la tienda, muchos memes y varios montajes, chistes y reseñas a su alrededor. ¡El fútbol mueve montañas!

Y aunque a día de hoy la cuenta de @JuanesPREMIER es privada, nos quedan como archivos del caso las capturas de pantalla así como los tuits y reseñas publicadas en Google, gracias a las que Cristalerías Chamberí ha dado un inesperado salto a la fama. La tienda acumula más de 300 reseñas, todas ellas de la última semana.

Los tuiteros, por su parte, no tardaron en participar en la conversación aportando su toque ácido a través de memes y comentarios cargados de ironía, hacia el lado colchonero o hacia el lado madridista:

Incluso se llegaron a crear perfiles en Twitter en nombre de Cristalerías Chamberí, como chambericristl y ChamberiCristal.

Clemente, el dueño, no da crédito

Y mientras tanto Clemente, el dueño de la tienda, se ha mantenido ajeno a la corriente sin dar crédito a lo que ven sus ojos. Dice - y no es de extrañar - que con sus 50 años no comprende Twitter. "No entiendo cómo se ha generado esto por un comentario desafortunado".

El dueño de la tienda dice que no entiende Twitter

Sobre ese comentario, el que le hicieron en Cristalerías Chamberí a @JuanesPREMIER, Clemente reocnoce que fue desafortunado, pero no tanto como para “armar la que está armando". Para el dueño de la tienda, la situación “se ha ido de las manos”, con campaña de publicidad gratis incluida.

Y es que Twitter no está atravesando su mejor momento como empresa, pero como herramienta de comunicación social y empoderamiento, no tiene precio.

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