Las mejores ideas de Pep Torres, el inventor del café con leche mojado en croissant

Inventor, creativo y mente ávida para la innovación, Pep Torres es una de esas personas que tienen ideas únicas. Os contamos algunas de ellas y os trasladamos los consejos de Pep para conseguir este tipo de ideas.

“Me gustaría cambiar el mundo”, empezaba diciendo Pep en el XI Congreso HORECA de AECOC. Desde los 15 años soñaba con hacer una máquina del tiempo y con ser invisible. 

Pero... la máquina del tiempo ya existe: 

 

 

Si pones en Google “Jordi Hurtado 1987” y “Jordi Hurtado 2013” sale la misma foto ;)

 

Pep fue el fundador del MIBA, el Museo de Ideas e Inventos de Barcelona: un espacio en el que se exponen y presentan inventos modernos. Como un plato que tiene un espejo en el fondo para que veas si se te ha quedado algo entre los dientes después de comer.

 

 

En 2 años de vida, han ido unos 90.000 visitantes al MIBA.

Es el único museo del mundo que cobra por tiempo de visita. Una estrategia de Pricing que, según Pep, podría incrementar la facturación de algunos museos del mundo en determinadas franjas horarias. 

 

Ser disruptivo

Las ideas, según Pep, vienen cuando uno “quita la caja”. Hay que ser disruptivo, olvidarse del negocio y dejar que las ideas fluyan.

Para ejemplificarlo nos mostró la máquina de vending a pedales que él inventó: para sacar un turrón de chocolate había que pedalear en una bicicleta estática la cantidad de calorías que tuviera el producto.

 

 

Ese año, 2009, la revista Time le nombró como uno de los 50 mejores inventores del mundo gracias a la bicicleta a pedales.

 

“Si quieres innovar, no copiar te abre la mente y te permite ir más lejos que tu competencia”, decía Pep.

 

Hay que ser imprecedible

Además de abrir la mente y partir de cero, para innovar hay que ser impredecible. 

Pep inventó por ejemplo el café con leche sólido mojado en croissant líquido:

 

 

Hacer sonreír y provocar emociones

La tercera característica que debe tener una mente creativa es hacer sonreír.

Y es que el humor son las cosquillas del cerebro. Si uno tiene humor no deja de ser un profesional.

Si queremos hacer sonreír a los clientes, tenemos que estar partiéndonos de risa mientras desarrollamos el concepto.

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